Con la sangre en el ojo de Alejandro Parisi

sangreCon la sangre en el ojo de Alejandro Parisi
Mi calificación: 4 de 5 estrellas

En el retorno de Alejandro Parisi al género policial (su muy buen debut literario había sido en una novela con muchos elementos policiales (Delivery) la apuesta es de jugársela entero por el policial negro.
¿Qué significa esto? Significa que el protagonista es un viejo policía retirado de la fuerza que se gana la vida tomando trabajitos de poca monta (seguimientos a infieles en particular) que es reclutado por una rica aristócrata judía que cumple el rol de femme fatale decadente y pronto el caso aparentemente sencillo que esta mujer le encomienda termina con un cadáver y muchas dudas.
El protagonista, Álvaro Balestra que promete volver en sucesivas continuaciones, cumple con el trazo de diseño adecuado para este tipo de personajes: algo melancólico, honorable, con un pasado oscuro del que prefiere renegar, separado de su familia, seductor y fanático de la soledad. Pronto la narración suma la voz de un vagabundo con el que Balestra mantiene amistad: el Rengo (nombre arltiano para un personaje si los hay). Con el vagabundo ingresa una subtrama acerca de ataques orquestados contra gente en situación de calle que trae la novela hacia una realidad muy plausible y terrenal, con un condimento de comentario/crítica política también típica del género.
Parisi sabe manejar a la perfección los registros de los personajes que presenta (quizás debamos agradecer a su profesión de guionista por esto que ya estaba muy explotado en la mencionada Delivery donde había lo que yo llamo un verdadero “bling-bling lingüístico”) y su prosa es amable, sin grandilocuencias ni pretensiones, lo que también es justo con el género en el que se inscribe.
La extensión de la novela es breve y eso también le provee eficiencia: no hay vueltas de tuerca asombrosas como acostumbra últimamente el género policial sino que se trata de un relato liso y directo que “provee” lo que se pide generalmente de una novela de este estilo.
La promesa de continuaciones futuras de las aventuras de Balestra nos hace sentir que esta novela sólo se trata de un prólogo, la introducción tímida de una serie de personajes que pueden llegar a tener buen futuro. Y ojalá así sea porque ya es hora de que en la literatura argentina, tan afecta al género policial negro, comencemos a tener más sagas a partir de personajes con los que el público pueda encariñarse.

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