Esta mañana me desperté para ver por la ventana que había salido el sol. Fue una gran novedad: hace una semana que estaba nublado y como el día termina ahora a las 4.30 – 5 p.m. ya estaba empezando a sentir esa famosa depresión por privación de la luz solar.

Hace exactamente una semana también se produjo la primera “nevada” en Toronto. Si bien por casa casi no nevó sino que cayó un poco de escracha-nieve, en otros barrios de las afueras sí se sintió con más fuerza.

De cualquier modo, y a pesar del sol que volvió a asomar, la temperatura en la calle era de -5 °C. Con lo que se cumplió algo que nos habían dicho que suele pasar por aquí: los días de sol son engañosos porque uno se ilusiona con que hará más calorcito y en realidad son los más fríos.
Nos seguiremos preparando para el invierno complicado que dicen que es en enero-febrero.