Siguiendo con la interminable saga “de pedir libros en el exterior para Argentina” (para lo que escribí una guía para encargar en Amazon y otra para encargar en BookDepository) hoy leí un pequeño truco que parece funcionar bien y que es sumamente tentador.
Leía una conversación en Twitter donde una usuaria se quejaba de haber recibido la famosa citación a ir a retirar un paquete a la Aduana (el horror, el horror) lo que derivó en la consabida discusión acerca del mejor método para pedir libros afuera y que nos lleguen a casa.
La tan temida carta de “usted tiene un libro en la Aduana” que desencadenó la conversación.
Estoy un poco ausente de este espacio porque estoy teniendo unas semanas laboralmente muy pero muy exigentes y apenas he tenido tiempo de hacer otra cosa más que trabajar.
Pero me han ocurrido dos cosas que me sorprendieron muy gratamente y quería compartir.
En primer lugar vi que ya está a punto de salir (en mayo más exactamente) Buenos Aires Noir en Francia la antología curada por el gran Ernesto Mallo donde colaboré con un cuento (“El camaleón y los leones”, parte de mi saga Rituales con el protagonismo de Mario Quiroz). Es la primera vez que un trabajo literario mío es traducido y publicado en otro país por lo que estoy extremadamente feliz.
Esta noticia me la esperaba pero no sabía que el libro iba a salir tan pronto. Todavía falta la edición en inglés que saldrá por Akashic Books en Estados Unidos espero que pronto, también.
La otra noticia que me sorprendió es la publicación de Rastros: Entrevistas de género por parte de la revista Evaristo Cultural.
Me enteré de esta publicación por esta foto que vi en Facebook y me encontré entre los apellidos de la tapa. El libro está anunciado para “dentro de poco” y no tengo más noticias. Alegría y sorpresa.
En marzo de 1991, hace ya veinticinco años, salió finalmente, y luego de idas y vueltas inesperadas, American Psycho el tercer libro de Bret Easton Ellis un escritor californiano que contaba por ese entonces con 27 años.
Luego de su debut con Less than Zero (Menos que cero) y The Rules of Attraction (Las reglas de la atracción, una buena novela pero que se sintió casi como una continuidad de los temas y formas de la anterior) llegó esta novela disruptiva acerca de Patrick Bateman, un típico yuppie corredor de bolsa que durante el día se dedicaba a hacer millones especulando con finanzas, medir su tarjeta de presentación con la de sus socios y enemigos en el juego de Wall Street, escuchar discos clásicos de los 80s y por las noches tenía el hobby de descuartizar prostitutas en su departamento y guardar sus órganos en el freezer.
La novela estuvo signada por el escándalo aún antes de salir lo que sin dudas no le vino mal a nivel prensa: pocos meses antes de su salida estipulada por Simon & Schuster fue rechazada por la misma editorial debido a su contenido de odio hacia las mujeres y sus escenas de violencia extrema. Lo que para un escritor cualquiera con un libro cualquiera hubiera significado un golpe durísimo, a Ellis terminó reportándole quedarse con los 300 mil dólares de adelanto de S&S más los 350 mil dólares de adelanto que le dio Knopf quien apenas fue rechazado el libro estuvo allí para recontratarlo y sacarlo en su sello Vintage Books. Pero además, como decíamos, las idas y vueltas le dieron un buzz previo al libro que configuraron el hype que por otra parte estaba bien merecido.
Hace unos meses me invitaron a participar de la Feria del Libro de Río Cuarto donde expuse en dos mesas junto a Sergio Olguín y luego también los dos junto a Fernando López, organizador él mismo del festival literario de género policial Córodoba Mata.
En un momento de esa segunda mesa en la que participamos, desde el público nos pidieron si podíamos definir las diferencias fundamentales entre novela policial noiry novela policial hardboiled.
Parecía una pregunta sencilla para tres especialistas en género policial pero a decir verdad, terminamos algo enredados con la respuesta.
Ayer estaba leyendo Hardboiled America un librito clásico acerca de los paperbacks policiales de los años 50s y viendo alguna reseña que le hacían encontré una crítica negativa que señalaba que el autor se confundía y utilizaba indistintamente los términos hardboiled y noir.
Teniendo en cuenta que escribí un cuento para la antología Buenos Aires Noir de la serie noir de Akashic Books que está por salir en los próximos meses, me preocupé: ¿podía ser que estuviera confundido respecto del significado verdadero de noir y su diferencia con harboiled?
Red Harvest de Dashiell Hammett: uno de los creadores del género hardboiled.
Es evidente que la confusión es común. Busqué entonces información al respecto y me topé con una carta que le envió el editor de Hard Case Crime (mi colección contemporánea de paperbacks/neopulps policiales favorita) a un admirador que también confundía los términos y me pareció tan buena la explicación que decidí traducirla para que por fin, los obsesivos y los estudiosos de la literatura por igual, podamos saber de qué hablamos cuando hablamos de hardboiled y de noir.
El muchacho que le escribió al editor le preguntó: “¿Cuáles son las características principales de la ficción hardoboiled noir?”
Mañana sábado 12 de marzo estaré participando de la Noche de las librerías junto con queridos colegas. Habrá lecturas y pasaremos un buen momento. Por mi parte leeré el primer capítulo de mi inminente novelaSangre por la herida.
Esta es la evolución de la ilustración de cubierta de la inminente Sangre por la herida, mi próxima novela. Como comenté anteriormente, se trata de un spin-off de mi saga Rituales que se ubica en los tiempos de la ficción entre Rituales de sangre y Rituales de lágrimas.
La imagen la está realizando CJ Camba quien ya hizo varias ilustraciones para mi saga Rituales y está basada a mi pedido en una portada de pulp-fiction de Rafael de Soto que me encanta.
Hace años que adolor la ilustración original y además tiene la peculiaridad de ser particularmente relevante para la trama de la novela por lo que le propuse a CJ Camba el homenaje cambiando los personajes del original por los de mi novela: Mario Quiroz y Lucía Zabala.
Hace un año casi exacto escribí por última vez mi “Diario de un novelista” por lo que creo que es una buen momento para retomarlo.
Decía hace un año que “marzo es el lunes de los meses”. De haber sabido lo que me esperaba en 2015 lo hubiera afirmado con mayor énfasis. Continue reading “Diario de un novelista 06”→
Conocí este libro a partir de una foto de Luis Andrade, quien vive en Estados Unidos y desde el mismo momento en que vi la tapa del libro supe que tenía que leerlo. Tres conceptos: Nazis + Marte + Pulp Science Fiction ¿Qué podía salir mal?
Efectivamente la novela se trata de una Soap Opera muy dinámica, bien escrita, que no deja de tener acción por un solo segundo y que no le hace asco a las escenas truculentas: tiene gore y tiene sexo y todo está escrito con pluma ágil y natural. La primera línea de la novela relata como nuestro héroe, Carter Sloan una especie de espía nazi del futuro, despierta en una cámara criogénica luego de casi trescientos años y lo primero que hace es vomitar encima de los zapatos del tipo que lo descongeló. Así queda instituido el tono de la novela que irá de la parodia a la acción sin escalas.
Sin embargo hay algo de ese tono paródico que sentí no terminaba de despegar. A ver: Nazis en Marte. Gestapo Mars. Se supone que con esa premisa ridícula, fruto de las ideas conspiranoicas aún vigentes que sostienen que los nazis crearon UFOs y se exiliaron en la Luna o en Marte o en la Antártida o en todos esos lugares al mismo tiempo (y pienso en la otra gran idea paródica algo fallida con esta temática, la película Iron Sky con nazis en la Luna), se podría trabajar sobre un estrato de parodia mucho más fuerte, algo que Gestapo Mars no hace.
Carter Sloan trabaja para los nazis, los nazis dominan el universo y la rebelión son otros nazis que creen en un nazismo renovado. No existe una resistencia anti-nazi y no existe en general el anti-nazismo. Luego, una invasión de unos extraterrestres gelatinosos unirá a la humanidad (bajo el estandarte nazi, obviamente) contra ellos. Pero entonces hay un desequilibrio fundamental en este relato: ¡los nazis son los buenos! Esto no deja de ser algo escandaloso. Los nazis SON los malos. Siempre. Son el epítome del mal. ¿Cómo van a ser los buenos? Y esta disrrupción con la que juega Gischler es poco explorada: no se explica cómo los nazis lograron conquistar el universo y establecer su ideología sin fisuras ni nada parecido. Por otra parte, el nazismo espacial de la novela tiene poco que ver con el nazismos histórico: está edulcorado y librado de sus elementos totalitarios. Los nazis de la novela podrían ser nazis como comunistas o fundamentalistas del liberalismo económico que a los efectos de la trama daría exactamente lo mismo.
Sí, hay algunos chistes que ridiculizan a estos nazis espaciales: un personaje llamado Kolostomy (?) y una paráfrasis que dice “It´s time for the Reich great again!” en obvia referencia a la frase de campaña de The Donald.
Más allá de eso no hay una exploración de la ridiculez de un Reich interplanetario. Es como si el autor se hubiera jugado a hacer una parodia y cuando llegó ahí se hubiera arrepentido y hubiera dejado dos o tres chistes no muy profundos en el medio.
Luego, por lo demás, la novela es maravillosa: llena de luchas espaciales ridículas, dinosaurios, una princesa nazi en peligro, clones, criogenia, rebeliones, cabezas que explotan luego de disparos, agujeros de gusano que colapsan y un plan para destruir la nave nodriza de los aliens gelatinosos que implica hacer colapsar su sistema séptico.
En conclusión: una lectura muy divertida, muy interesante que me dejó con ganas de más chistes, más parodia. Veremos qué sigue porque según anuncia la tapa de la novela esta es una “Carter Sloan Novel” lo que hace presumir que podrían haber nuevas aventuras del James Bond nazis-del espacio en el futuro
Hace un tiempo les había presentado algunos “detalles ocultos” o especiales de Rituales de lágrimas (lo pueden ver en Los archivos perdidos 01) pero todavía hay algunas cosas más para compartir.
Salió publicada hoy en Revista La Nación una nota acerca de la colección de libritos de género pulp fiction, Zona Pulp,que dirijo para Interzona Editora.
Con intervenciones de dos de los autores, Walter Lezcano y Mariano Buscaglia, les recomiendo la nota porque además de hablar de nuestro trabajo, trae a colación el tema del resurgimiento de este tipo de expresión literaria popular.