Los caminos que se bifurcan

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(acerca de Dark Matter de Blake Crouch y otras ficciones de multi-universos)

Hace un par de meses comenté algunos de los libros que quería leer cuanto antes y entre esos ocho títulos el que más me interesaba es el que finalmente tuve la oportunidad de leer: Dark Matter de Blake Crouch.

Pedí el libro por BookDepository, llegó a casa en tiempo y forma y me sumergí en su lectura pese a que ya tenía varios otros libros empezados.

Se trata de una novela excepcional, posiblemente de lo mejor que haya leído en lo que va del año y dado que salió este mismo año, diría que al menos para mí, es la novela del año.  Continue reading “Los caminos que se bifurcan”

Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enriquez

las-cosas-que-perdimos-en-el-fuegoEl regreso de Mariana Enriquez a la narrativa ficcional (luego de un libro de crónicas sobre sus visitas a cementerios y una biografía de Silvina Ocampo, una escritora que podría pensarse emparentada en el campo de la narrativa “extraña” y fantástica pero a la vez lejanísima en cuanto a ritmo, estilo y temáticas) es en forma de los doce intensos cuentos que conforman este volumen. Como señalamos anteriormente en broma, el título del libro pareciera dialogar con su anterior libro de cuentos (Los peligros de fumar en la cama) y a pesar de que la observación no tiene pretensiones de seriedad, hay sí algo en Las cosas que perdimos en el fuego que trasmite la sensación de pérdida y de lo irreparable. Los cuentos se montan sobre una serie de lugares, trayectos, personajes y situaciones reconocibles en el imaginario geográfico, social y cotidiano de nuestro país pero con su manejo refinado de las reglas del género fantástico introduce pequeños desgarros al tejido realista por donde se filtra el material de las pesadillas y las situaciones monstruosas. Decimos que es un manejo refinado porque a excepción quizás de un único cuento (El patio del vecino; y aún en este dependemos del testimonio de una mujer posiblemente desequilibrada) lo sobrenatural tiende a plantearse como pequeños hechos anormales o extraños que podrían tener tanto una explicación racional como una no racional quedando a entera interpretación del lector la tarea de llenar esos pequeños huecos, esas incompletudes aparentes que se plantean en la trama de estos cuentos.

Hay quizás otra excepción al fantástico como una una tensión entre el realismo y las situaciones sobrenaturales en Bajo el agua negra, un cuento que por primera vez en la narrativa argentina plantea seriamente un sentido homenaje a la cosmogonía monstruosa de H.P. Lovecraft (el cuento de Jorge Luis Borges There Are More Things que forma parte de El libro de Arena fue hasta donde sé el único otro antecedente de un escritor consagrado de estas tierras metiéndose de lleno en la mitología de Cthulhu pero estamos hablando de un cuento muy menor en homenaje a un escritor que Borges mismo consideraba apenas un mal imitador de Edgar Allan Poe). Enriquez lleva a los antiguos monstruos subacuáticos de la mitología lovecraftiana al fondo del Riachuelo y convierte a los habitantes de la villa miseria que rodea al río contaminado en los sacerdotes, devotos y “mutantes” que al estilo de la famosa nouvelle del escritor de Providence, La sombra sobre Innsmouth, son ya mitad humanos y mitad monstruos.

Otras líneas unen a todos los cuentos: la ya mencionada reescritura de hechos de la realidad cotidiana de nuestro país: El chico sucio trabaja sobre la base del espantoso crimen ritual de “Ramoncito” (hay una crónica excelente sobre este macabro caso: La misa del Diablo de Miguel Prenz que recomendé aquí); uno de los primeros serial killers argentinos, el Petiso Orejudo, aparece como un fantasma en Pablito clavó un clavito: una evocación del Petiso Orejudo; el cuento que le da título a la antología está inspirado según la propia autora en una mujer quemada que durante un tiempo resultaba imposible de no cruzar en el subte pidiendo plata (yo mismo la he visto varias veces).

Pero hay otra línea fundamental que cruza narrativamente todo el libro y es el de las mujeres y su relación, casi siempre traumática, con los hombres. A excepción de “Pablito clavó…” todos los cuentos están narrados por mujeres que además se encontrarán acorraladas por fuerzas desconocidas o por diversas formas de violencia que las acosan, y es el modo en que estas mujeres encuentran o no vías de escape lo que constituye la tensión narrativa de unos cuentos que se van construyendo paso a paso hasta llegar a unos finales que algún lector podrá encontrar decepcionantes por elípticos pero que son precisamente lo que convierten a estos cuentos en pequeñas, perfectas y perturbadoras historias fantásticas y tenebrosas que quedan dando vueltas en la cabeza del lector un buen tiempo después de haber sido terminadas de leer.

25º aniversario de American Psycho de Brett Easton Ellis

American Psycho

En marzo de 1991, hace ya veinticinco años, salió finalmente, y luego de idas y vueltas inesperadas, American Psycho el tercer libro de Bret Easton Ellis un escritor californiano que contaba por ese entonces con 27 años.

Luego de su debut con Less than Zero (Menos que cero) y The Rules of Attraction (Las reglas de la atracción, una buena novela pero que se sintió casi como una continuidad de los temas y formas de la anterior) llegó esta novela disruptiva acerca de Patrick Bateman, un típico yuppie corredor de bolsa que durante el día se dedicaba a hacer millones especulando con finanzas, medir su tarjeta de presentación con la de sus socios y enemigos en el juego de Wall Street, escuchar discos clásicos de los 80s y por las noches tenía el hobby de descuartizar prostitutas en su departamento y guardar sus órganos en el freezer.

La novela estuvo signada por el escándalo aún antes de salir lo que sin dudas no le vino mal a nivel prensa: pocos meses antes de su salida estipulada por Simon & Schuster fue rechazada por la misma editorial debido a su contenido de odio hacia las mujeres y sus escenas de violencia extrema. Lo que para un escritor cualquiera con un libro cualquiera hubiera significado un golpe durísimo, a Ellis terminó reportándole quedarse con los 300 mil dólares de adelanto de S&S más los 350 mil dólares de adelanto que le dio Knopf quien apenas fue rechazado el libro estuvo allí para recontratarlo y sacarlo en su sello Vintage Books. Pero además, como decíamos, las idas y vueltas le dieron un buzz previo al libro que configuraron el hype que por otra parte estaba bien merecido.

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Reseña de Gestapo Mars de Victor Gischler

Gestapo Mars

Conocí este libro a partir de una foto de Luis Andrade, quien vive en Estados Unidos y desde el mismo momento en que vi la tapa del libro supe que tenía que leerlo. Tres conceptos: Nazis + Marte + Pulp Science Fiction ¿Qué podía salir mal?
Efectivamente la novela se trata de una Soap Opera muy dinámica, bien escrita, que no deja de tener acción por un solo segundo y que no le hace asco a las escenas truculentas: tiene gore y tiene sexo y todo está escrito con pluma ágil y natural. La primera línea de la novela relata como nuestro héroe, Carter Sloan una especie de espía nazi del futuro, despierta en una cámara criogénica luego de casi trescientos años y lo primero que hace es vomitar encima de los zapatos del tipo que lo descongeló. Así queda instituido el tono de la novela que irá de la parodia a la acción sin escalas.
Sin embargo hay algo de ese tono paródico que sentí no terminaba de despegar. A ver: Nazis en Marte. Gestapo Mars. Se supone que con esa premisa ridícula, fruto de las ideas conspiranoicas aún vigentes que sostienen que los nazis crearon UFOs y se exiliaron en la Luna o en Marte o en la Antártida o en todos esos lugares al mismo tiempo (y pienso en la otra gran idea paródica algo fallida con esta temática, la película Iron Sky con nazis en la Luna), se podría trabajar sobre un estrato de parodia mucho más fuerte, algo que Gestapo Mars no hace.

Carter Sloan trabaja para los nazis, los nazis dominan el universo y la rebelión son otros nazis que creen en un nazismo renovado. No existe una resistencia anti-nazi y no existe en general el anti-nazismo. Luego, una invasión de unos extraterrestres gelatinosos unirá a la humanidad (bajo el estandarte nazi, obviamente) contra ellos. Pero entonces hay un desequilibrio fundamental en este relato: ¡los nazis son los buenos! Esto no deja de ser algo escandaloso. Los nazis SON los malos. Siempre. Son el epítome del mal. ¿Cómo van a ser los buenos? Y esta disrrupción con la que juega Gischler es poco explorada: no se explica cómo los nazis lograron conquistar el universo y establecer su ideología sin fisuras ni nada parecido. Por otra parte, el nazismo espacial de la novela tiene poco que ver con el nazismos histórico: está edulcorado y librado de sus elementos totalitarios. Los nazis de la novela podrían ser nazis como comunistas o fundamentalistas del liberalismo económico que a los efectos de la trama daría exactamente lo mismo.
Sí, hay algunos chistes que ridiculizan a estos nazis espaciales: un personaje llamado Kolostomy (?) y una paráfrasis que dice “It´s time for the Reich great again!” en obvia referencia a la frase de campaña de The Donald.

Reich
Más allá de eso no hay una exploración de la ridiculez de un Reich interplanetario. Es como si el autor se hubiera jugado a hacer una parodia y cuando llegó ahí se hubiera arrepentido y hubiera dejado dos o tres chistes no muy profundos en el medio.
Luego, por lo demás, la novela es maravillosa: llena de luchas espaciales ridículas, dinosaurios, una princesa nazi en peligro, clones, criogenia, rebeliones, cabezas que explotan luego de disparos, agujeros de gusano que colapsan y un plan para destruir la nave nodriza de los aliens gelatinosos que implica hacer colapsar su sistema séptico.
En conclusión: una lectura muy divertida, muy interesante que me dejó con ganas de más chistes, más parodia. Veremos qué sigue porque según anuncia la tapa de la novela esta es una “Carter Sloan Novel” lo que hace presumir que podrían haber nuevas aventuras del James Bond nazis-del espacio en el futuro

Reseña en La Voz del Interior

Estoy muy contento con esta reseña de Rituales de lágrimas que hicieron en La Voz del Interior de Córdoba.

Tengo una hermosa relación con la provincia de Córdoba (más allá de que mi esposa sea oriunda de allí) siempre me han tratado con muchísimo afecto y sé que mis libros se leen con entusiasmo en la “Provincia Mediterránea”.

Aquí la reseña.

Reseña en La Voz del Interior Córdoba 3 de diciembre

Reseña de Kryptonita de Leonardo Oyola

Para celebrar la salida de la adaptación al cine de la novela Kryptonita de Leonardo Oyola comparto aquí la reseña que hice para Radar Libros (Página/12) de la novela original cuando salió en el año 2011.

Superman por colectora
Leonardo Oyola y una adaptación de los comics de superhéroes a las necesidades, leyendas y costumbres del conurbano bonaerense.

Por Alejandro Soifer
KryptonitaEn abril de 2003 la DC Comics (editora de los títulos de Superman y Batman entre otros) publicó Superman: Red Son del reconocido guionista Mark Millar. El relato, enmarcado en una colección especial de historias contrafácticas conocida como “Elsewords” (Otros mundos), planteaba un mundo en el que Superman, escapando de la destrucción de su planeta natal, en vez de aterrizar recién nacido en un pequeño pueblito de Kansas, había caído en una granja colectiva de la Ucrania soviética durante la Guerra Fría, donde había sido criado bajo los ideales del leninismo. Uno de los mayores símbolos de la cultura estadounidense se convertía así en paladín de la URSS, heredero de Stalin y creador de una utopía/distopía socialista con rasgos orwellianos.

En Kryptonita, Leonardo Oyola toma la misma premisa de base y redobla la apuesta: ¿Qué hubiera sucedido si Superman hubiese caído en medio de La Matanza? Mientras que en la saga Red Son el Superman soviético mantenía los valores de respeto a la vida humana, honestidad y búsqueda del bien común que caracterizan al superhéroe, en la encarnación argentina del personaje lo encontramos como líder una súper banda de criminales pesados del Oeste. Herido de muerte por un ataque a traición de El Pelado (líder de otra banda, némesis de nuestro súper-delincuente y traspolación del archivillano original Lex Luthor) con una botella de cerveza de envase verde (¿la Kryptonita?), Pini o Nafta Súper (tal su nombre de guerra), llega a la guardia de un hospital donde le toca atenderlo al narrador, más burócrata corrupto que médico hipocrático.

Pronto irán llegando los otros miembros de la banda, una suerte de remasterización criolla y pasada por el western-conurbano de todos los SuperAmigos, para bancar al héroe caído y garantizarse su sobrevida tomando como rehenes a nuestro narrador y otra médica. Los SuperAmigos en versión “mala vida” se apoderan entonces del relato: la travesti Lady Di (Mujer Maravilla), Ráfaga (Flash), Juan Raro (Detective Marciano y a la vez homenaje a Olaf Stapledon y su libro del mismo nombre), Faisán (Linterna Verde) y El señor de la Noche (Batman).

Del lado de enfrente los villanos, en esta encarnación, los oficiales de policía que vienen a matar a Nafta Super y sus secuaces: Corona (el Jóker como un negociador policial desquiciado) y Cabeza de Tortuga (Doomsday, el villano que en la saga de 1992 La muerte de Superman efectivamente mató al superhéroe), un agente aparentemente invencible de un grupo de operaciones especiales de la policía. Entre las tensas negociaciones, los desbordes de los secuestradores y el recuento de aventuras pasadas transcurre la narración.

Si hay un relato que nunca falta en las historietas de superhéroes, es el del modo en el que éstos consiguieron ser quienes son. La novela de Oyola reconstruye ese origen secreto para su reversión del mundo de DC Comics en la clave de un tipo de novela policial de Conurbano que cultiva con notable habilidad para la reproducción de un dialecto del oeste del Gran Buenos Aires infiltrado por jerga tumbera.

En ese sentido, reescribe escenas clásicas de los comics originales (realiza una reversión bastante fiel de la saga mencionada acerca de la muerte de Superman ubicando la acción en una villa) e imagina algunas nuevas con un Nafta Súper cuyas aventuras y poderes especiales se construyen como una mezcla de leyendas contadas por sus compañeros de fechorías y un posible delirium tremens del narrador sobrepasado por la situación, el sueño y la presencia maligna de un diablillo paraguayo y amarillo (a quien suponemos el remix del villano Mr. Mxyzptlk).

Haciendo gala de un vasto dominio de la cultura de masas, el autor construye una novela donde se entremezcla la cumbia con el pop acaramelado de Katy Perry, con el reggae local de Los Cafres, Queen y la banda de sonido de Flash Gordon. Lo dicho: la cultura alta (de arriba, del Hemisferio Norte) llevada al barro espeso e intoxicante de la transculturación en la cultura baja (del Hemisferio Sur) del conurbano bonaerense.

Esta nota salió publicada originalmente el domingo 18 de septiembre en Radar Libros suplemento de cultura de Página/12. Link al original aquí.

Money Shot de Christa Faust

1121-moneyshotMoney Shot de Christa Faust
Mi calificación: 5 de 5 estrellas

Christa Faust no carece de méritos narrativos en esta novelita típica de sexploitation. Lo mejor que tiene la novela es precisamente que se trata de un género conocido y transitado que ella logra desarrollar en un despegue que lo aleja de las marcas típicas del género.
Vayamos por partes: Angel Dare es una actriz pornográfica retirada que ahora se dedica a producir y dirigir películas en el mismo ramo. Un día un viejo amigo le pide una última escena pero las cosas no salen bien. Digamos que salen lo suficientemente mal como para que Angel termine en baúl de un automóvil con un tiro y dada por muerta. A partir de ese momento (que es prácticamente el comienzo mismo de la novela) veremos a este Ángel buscando su venganza. Como dije, el argumento parece visto y transitado hasta en su lugar común de llamar a la femme fatale como Angel: Mi ángel tiene alas negras de Elliot Chaze; Angel face y The Black Angel, ambas de Cornell Woolrich y estoy seguro de que hay infinidad más. Pero Faust lo lleva a lugares más interesantes: por empezar genera una ambigüedad bien trabajada en Angel Dare; la presenta como una mujer decidida y ávida de venganza pero que se ve opacada en buena medida por Lalo Malloy, su ayudante latino. Y sin embargo es ella misma la que toma la venganza en sus manos y hacia el tercer cuarto de la narración, cuando por un motivo que no develaré, Malloy sale de escena, cobra repentina conciencia de quién es: “No soy una chica que necesite un salvador” dice en otras palabras y así desarticula la esencia machista del dispositivo narrativo de la “dama en apuros” que debe ser salvada por un hombre bien macho. En este momento epifánico, Angel descubre que tiene el poder en sí misma, en su cuerpo, en su sensualidad, que es lo que necesita para completar su venganza (algo que quizás ha sido hablado desde la idea del capital erótico). Angel entiende que para conseguir su venganza no es necesario que se comporte como un hombre como un hombre; Angel Dare no es un hombre en la piel vacía de una mujer, lo que hace que el personaje gane en profunidad y escape al estereotipo dedicado a las mujeres en el policial negro. Angel Dare por el contrario es una mujer con sus características bien delineadas y se comporta como tal.
Money Shot que ha sido publicada en español como A la cara por la más que interesante editorial española Es Pop Ediciones presenta un personaje vivo, intenso e interesante que ha tenido una continuación en la novela Choke Hold que ya encargué. Estoy ansioso por ver cómo siguen las aventuras de Angel Dare.

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Con la sangre en el ojo de Alejandro Parisi

sangreCon la sangre en el ojo de Alejandro Parisi
Mi calificación: 4 de 5 estrellas

En el retorno de Alejandro Parisi al género policial (su muy buen debut literario había sido en una novela con muchos elementos policiales (Delivery) la apuesta es de jugársela entero por el policial negro.
¿Qué significa esto? Significa que el protagonista es un viejo policía retirado de la fuerza que se gana la vida tomando trabajitos de poca monta (seguimientos a infieles en particular) que es reclutado por una rica aristócrata judía que cumple el rol de femme fatale decadente y pronto el caso aparentemente sencillo que esta mujer le encomienda termina con un cadáver y muchas dudas.
El protagonista, Álvaro Balestra que promete volver en sucesivas continuaciones, cumple con el trazo de diseño adecuado para este tipo de personajes: algo melancólico, honorable, con un pasado oscuro del que prefiere renegar, separado de su familia, seductor y fanático de la soledad. Pronto la narración suma la voz de un vagabundo con el que Balestra mantiene amistad: el Rengo (nombre arltiano para un personaje si los hay). Con el vagabundo ingresa una subtrama acerca de ataques orquestados contra gente en situación de calle que trae la novela hacia una realidad muy plausible y terrenal, con un condimento de comentario/crítica política también típica del género.
Parisi sabe manejar a la perfección los registros de los personajes que presenta (quizás debamos agradecer a su profesión de guionista por esto que ya estaba muy explotado en la mencionada Delivery donde había lo que yo llamo un verdadero “bling-bling lingüístico”) y su prosa es amable, sin grandilocuencias ni pretensiones, lo que también es justo con el género en el que se inscribe.
La extensión de la novela es breve y eso también le provee eficiencia: no hay vueltas de tuerca asombrosas como acostumbra últimamente el género policial sino que se trata de un relato liso y directo que “provee” lo que se pide generalmente de una novela de este estilo.
La promesa de continuaciones futuras de las aventuras de Balestra nos hace sentir que esta novela sólo se trata de un prólogo, la introducción tímida de una serie de personajes que pueden llegar a tener buen futuro. Y ojalá así sea porque ya es hora de que en la literatura argentina, tan afecta al género policial negro, comencemos a tener más sagas a partir de personajes con los que el público pueda encariñarse.

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NOS4A2 de Joe Hill

nos4a2NOS4A2 de Joe Hill
Mi calificación: 5 de 5 estrellas

Joe Hill tiene una gran ventaja que es también su gran punto débil: es el hijo de Stephen King. ¿Por qué esto debería ser algo malo? Obviamente porque no se lo puede leer sin pensar inmediatamente en su padre y su enorme sombra. Al mismo tiempo, ¿quién puede dudar que ser el hijo del Rey trae ventajas?
Lo bueno de Hill es que tiene una voz propia. Si bien es posible ver algunos rastros de las historias de su padre (que incluso él mismo se encarga de dejar en claro en forma de pequeñas perlitas de homenaje) sus propias retorcidas ideas le permiten escribir una literatura altamente original y adictiva. Continue reading “NOS4A2 de Joe Hill”