Conocí a la escritora, Profesora de Historia y Maquilladora social Gabriela Margall durante un evento al que fuimos invitados para hablar de nuestras novelas y nuestra obra junto a Gastón Intelisano hace unos meses.
En esa ocasión, Gabriela formó parte del público y unos pocos días más tarde volvimos a cruzarnos en la entrevista que nos hicieron a Florencia Canale y a mí en Eterna Cadencia.

Como siempre que tengo la oportunidad de conocer a otro escritor, me interesé por su obra y lo que viene haciendo y entonces descubrí que tiene una ya larga trayectoria con ocho novelas publicadas (Si encuentro tu nombre en el fuego (Vestales, 2006); Con solo nombrarte (Vestales, 2007); Lo que no se nombra (Vestales, 2008); Los que esperan la lluvia (Vestales, 2010); Ojos color pampa (Vestales, 2011); La princesa de las pampas (Vergara, 2012); La hija del Tirano (Vergara, 2013); La Dama de los Espejos (Vergara, 2014)) y una novena que está por salir a principios de septiembre: El secreto de Jane Austen (Vergara).
Además, de esa profusa obra, lo que me interesó de Gabriela es que escribe novela romántica, un género muy denigrado por ciertas camarillas del mundo literario (como toda la literatura de género que sufre el mismo desprecio pero en este caso todavía peor) pero que tiene lectoras fanáticas (y lectores también, ¿por qué no?) muy activas, muy firmes y que no dejan pasar una sola novedad del género.
Por todo esto, y a pesar de que todavía no pude leer la obra de Gabriela, le hice algunas preguntas para que nos cuente su experiencia como escritora y en el mundo de la literatura que es lo que en definitiva nos interesa desde este espacio.
Inicios en la escritura
¿Cómo fue tu llegada al género de la novela romántica?
Llegué a la novela romántica alrededor de los veinte años. Antes había tenido otras lecturas muy importantes: las bibliotecas de clásicos (los tomos que sacaban revistas como 7 días, por ejemplo), la Biblioteca Billiken y la Colección Robin Hood y una Enciclopedia muy grande que había en casa que se llamaba Monitor de Editorial Salvat que fue fundamental para mí.
En cuanto a la escritura, escribía desde los doce años y a algunas cosas se las puede ver relacionadas con la novela romántica desde ese momento pero otras cosas no tenían nada que ver.
En el 2005 me empecé a interesar por la novela romántica ya de manera más concreta, buscando autoras, series de libros, páginas en Internet y así descubrí que Editorial Vestales estaba buscando manuscritos de novela romántica de autores argentinos. Tenía algunas ideas ya pensadas para trabajar con la historia argentina y me puse a escribir una novela que envié y no salió publicada.
Mi primera novela, que sí terminó saliendo por Vestales en el 2006, fue Si encuentro tu nombre en el fuego.
¿Cómo te recibió el establishment literario por escribir dentro del género romántico?
Habría que ver a qué llamamos “establishment literario” pero en general no “te reciben” los escritores que no escriben romántica. Solo empecé a conocer escritores por fuera del género romántico por un movimiento voluntario mío de concurrir a presentaciones o de interactuar en Facebook o Twitter. La recepción fue variada. Hubo gente que me recibió muy bien, que fueron muy amables y se interesan por lo que podés contar sobre el género y su relación con los lectores, el mercado y demás temas. Otra gente ejerció todos los posibles clichés sobre el género y bueno, con esa gente es mejor no seguir en contacto porque no puede salir nada interesante.
El género romántico
Pensando en las características del género romántico, pareciera ser que siempre tienen que ser además novelas de época. ¿Esto es así?
No es necesario que sean novelas de época. En Estados Unidos, donde el género tiene una gran cantidad de lectores, hay novela romántica contemporánea en igual cantidad que histórica. En Argentina, y sería muy interesante que alguien estudiara por qué, el género romántico se establece con la novela romántico-histórica y la mayoría de las novelas escritas por autoras argentinas pertenece a ese subgénero.
¿Es un género exclusivo para mujeres o también te encontraste con lectores varones?
En cuanto a ser un género exclusivamente para mujeres, no lo creo.
Supongo que tiene más que ver con la actitud de ese hombre a las historias narradas. Como decía antes, en Argentina, la novela romántica es en gran parte novela romántico-histórica. La parte histórica atrae mucho al público masculino y desde ese lugar me han llegado muchos lectores y sus comentarios han sido muy interesantes.
Entonces, ¿crees que un hombre puede escribir novela romántica?
¿Puede escribir un hombre una novela romántica? Mi hipótesis es que no, a menos que sea un hombre al que le guste contar una historia de amor, y más todavía, a uno al que le interese contar un romance y sus detalles.
¿En qué momento decidiste que ibas a dedicarte a escribir novelas? ¿Cómo lo conjugás con tu formación en Historia?
Quise escribir novela desde que quise escribir, alrededor de los doce años o antes quizá. La carrera de Historia detuvo la escritura y la lectura de ficción. Me recibí en el año 2005, año en el que también empecé a trabajar como docente de la carrera. Al mismo tiempo retomé lecturas y las ganas de escribir. Mi primera novela salió publicada en el año 2006, de modo que durante varios años mi trabajo de profesora de Historia, la investigación y la escritura convivieron.
Desde el 2013 tengo la suerte, y el desafío, de solo dedicarme a escribir.
¿Está en tus planes en algún momento escribir otro tipo de novela que pertenezca al género romántico?
La Dama de los Espejos es una novela histórica, así que ya escribí por fuera del género y sí, me gustaría escribir otra cosa, incluso fuera de la ficción. Hay algunos proyectos en marcha, ya veremos cómo se concretan.
La cocina de la escritura y próximos proyectos
¿Podrías contarnos cómo es el proceso de escritura de una de tus novelas desde que te surge la idea original hasta que se concreta?
La idea de una novela depende de muchos factores. A veces, sale de una investigación histórica: “quiero escribir una novela en este período”. A veces de un contexto especial, como mis dos primeras novelas sobre las Invasiones Inglesas. Siempre las novelas tienen una época histórica definida que va señalando la marcha del argumento. Nunca es al revés: nunca fuerzo a los hechos históricos para que entren en mi argumento. Más todavía: de la misma investigación va saliendo el argumento. Ese proceso dura unos tres o cuatro meses. Cuando termina el proceso de investigación, y ya con el argumento pautado por capítulos, comienza el de escritura, que lleva el mismo tiempo. Escribo en mi habitación, sola, con mis libros y notas cerca para consultar y con un tablero de corcho justo frente a mí, en el que tengo colgadas imágenes que me distraen. Del mismo modo, uso la red social Pinterest, me sirve para distraerme mientras escribo en la computadora. En total una novela puede llevar unos ocho o nueve meses entre investigación, escritura y corrección.
Por último, ¿qué nos podés adelantar de tu próxima novela?
El secreto de Jane Austen es mi próxima novela y sale en septiembre del 2015 y no puedo contar nada porque no me lo permiten.
Además, tengo otros proyectos en los que estoy trabajando de a poquito y de esos no puedo contar nada porque están muy en proyecto todavía.
Otras entrevistas:
Muy buena la nota, Alejandro. Me interesó lo que dice Gabriela Margall sobre el género romántico, aunque no creo que existan diferencias entre los sexos al momento de escribir (vale decir, una mujer podría crear una buena novela de aventuras con piratas así como un varón podría escribir una novela romántica con una historia de amor apasionada, porque, en el fondo, todos los géneros son construcciones culturales que tienen sus propios elementos constitutivos, es estudiándolos y trabajando sobre ellos como se puede llegar a crear una buena obra dentro de un determinado género.
No creo que existan géneros mejores que otros (sí hay artistas que se desenvuelven mejor en ciertos géneros, así como hay artistas que sólo pueden escribir dentro de un único género).
Me parece importante tomar en serio a todos lo géneros y creo que eso, de a poco, está ocurriendo con la novela romántica en Argentina.
¡Saludos!