Como muchos, conocí a Matías Bragagnolo el año pasado (2014) con la salida de su novela Petite Mort (novela finalista en el concurso BAN! – Extremo Negro 2014). Fue un comentario de Gastón Intelisano el que me hizo saber que se venía la novela justo antes del BAN! y en seguida se ganó mi interés por el tema que da sustento a la trama: la producción y distribución de películas snuff.
Apenas salida la novela la compré en el mismo BAN! y luego tuve la suerte de conocerlo a Matías, compartir cenas, encuentros, conversaciones y lecturas.
Este año salieron al mismo tiempo nuestras respectivas segundas novelas (El brujo la suya, Rituales de lágrimas la mía) y con esa excusa le propuse hacer una entrevista que nos permitiera a todos (ustedes lectores y yo) adentrarnos un poco más en su perturbadora narrativa.
Porque eso tiene que quedar bien claro: Matías Bragagnolo escribe sin ningún tipo de freno moral o estético. Las peores imágenes salen como si fuera por la picadora de carne y su literatura termina siendo un plato para estómagos fuertes.
No me inquieta decir que Braganolo escribe algunas novelas que me gustaría poder escribir a mí mismo pero que creo que nunca me atrevería a llevar a cabo.
Vayamos entonces al hueso: las preguntas.
Sos abogado de profesión: ¿cómo surgió en vos el interés por escribir? ¿Qué escritores considerás tus influencias más importantes? ¿Qué te gusta leer actualmente?
Escribo desde los 9 o 10 años, pero con frecuencia y más seriedad lo empecé a hacer desde los 16 o 17. La abogacía es la profesión que me da de comer: vivo esforzándome por hacer mi tarea con la mayor perfección posible, pero es escribir lo que realmente disfruto hacer. Como influencias reconozco a escritores como Victor Hugo, Edgar Allan Poe, Henry Miller, Marcel Proust, Carlos Chernov, W.S. Burroughs…
Actualmente estoy muy entusiasmado con autores como Michel Houellebecq, David Foster Wallace, Irvine Welsh, Don Winslow, Laiseca…
¿Cómo sentís que te recibió el medio literario cuando irrumpiste el año pasado con Petite? ¿Qué repercusiones tuviste?
Las repercusiones hace meses que han superado mis (mediocres o no) expectativas, así que no me puedo quejar. A veces no sé si estoy despierto o soñando, pero supongo que ya se me va a pasar. Y una de las cosas que el paso de “escritor ermitaño” a escritor publicado provocó fue la amistad y la camaradería con un montón de autores, algo que ha cambiado mi vida por completo. Algo así como ese momento del cuento de Andersen en que el patito feo encuentra a los cisnes y descubre que él también era uno de ellos.
La pregunta es necesaria: ¿realmente viste todas esas cosas espantosas que contás en Petite Mort?
Todo aquella filmación que en la novela es descrita en detalle fue vista. Lo que solo se menciona al pasar es lo que es imposible de conseguir por medios legales.
Se pueden decir muchas cosas de tus libros menos que sean complacientes o fáciles de digerir ¿qué lugar crees que ocupa tu obra en la literatura argentina actual? ¿Cuál te gustaría que ocupase?
Responder a esa pregunta es un verdadero problema. Supongo que podría decirse que novelas como Petite o El brujo se llevan muy bien con el carácter extremo aunque ameno de las obras del maestro Laiseca, pero este es uno de los pocos puntos de conexión que encuentro. Las mismas reacciones de los lectores me insinúan algo que de otra manera yo solo no habría notado: que mis dos novelas editadas de alguna manera conforman una isla dentro de la literatura argentina actual. Pero puedo estar equivocándome.
¿Cómo fue la génesis de El brujo? Te decía en una conversación que tuvimos que parece una canción de la banda de death metal Cannibal Corpse y me dijiste que algo de eso hubo ¿podrías ampliarnos?
Mi motor a la hora de escribir es la inspiración, que por suerte siempre ha llegado sin que tuviera que llamarla. Estaba de vacaciones y me desperté una mañana con la idea de una cárcel en la que un brujo era el personaje más temido (no puedo contar más porque la idea ya entrañaba el final de la historia). Empecé a trabajar creyendo que iba a ser un cuento más, pero en un momento descubrí que ya tenía más de 20 páginas y que aún estaba describiendo la construcción de la cárcel. No me gusta forzar los textos, así que me dije que entonces sería una novela corta, pero cuando superé las 100 páginas y la cosa seguía creciendo (literalmente creciendo, ya que la trama de manera espontánea adquirió la estructura de un árbol), supe que sería una novela hecha y derecha, mucho más sólida y compleja de lo que había imaginado en un comienzo. Y sí: el día en que me senté a escribirla estaba escuchando Cannibal Corpse, supongo que porque sabía que ese iba a ser el clima que tendría el argumento.

En tus novelas pareciera haber una especie de tensión entre la realidad (lo que sería por ejemplo toda la documentación acerca del cine snuff en Petite o el lenguaje técnico muy detallado que usás en El brujo) y luego explosiones de cosas tremendas y, digamos, imposibles, de ciencia ficción o fantástico (un fantástico al servicio del mal, pero fantástico en fin) ¿cómo manejás esa tensión a la hora de escribir? ¿tuviste comentarios de algún lector que te dijera que te prefiere más de un lado o del otro?
Cuando escribo me importan poco y nada los géneros. Lo que la historia me pida le será dado. Siempre y cuando haya coherencia en el estilo y las técnicas utilizados, siempre y cuando el paso de una atmósfera a la otra sea fluido, poco me preocupa si la obra puede ser encasillada o no dentro de un género. En ese sentido creo que J.G. Ballard es un claro ejemplo: se lo ha encasillado en la ciencia ficción, pero todos sabemos que sus textos siempre estuvieron a años luz de cualquier clasificación. Y hasta ahora, por suerte, tengo la sensación de que a quienes han leído mis novelas tampoco les ha afectado demasiado esa especie de erratismo genérico.
¿Te documentaste para describir los rituales que hace el Brujo? Hay mucho detalle y parece todo muy real por otra parte ¿alguno de ellos se puede observar en la realidad?
No del todo, no en la forma exacta en que lo muestro. Los rituales y las curaciones que realiza el Brujo son una mezcla, ecléctica, si se quiere, de prácticas llevadas al cabo en la magia negra, el umbanda, la santería, la magia del caos, el vudú, el paganismo, el espiritismo. Desde chico tuve mucha curiosidad por el lado siniestro de la existencia y por el ocultismo. Y luego me enrollé con Anton LaVey y su Iglesia de Satán, más tarde me interesé por Aleister Crowley, luego con el Templo de la Juventud Psíquica. Incluso mi obsesión con el Antiguo Testamento y el lado más virulento del cristianismo en mi infancia y mi adolescencia tiene que ver con todo esto.
En El brujo hay mucho conocimiento del hampa, de la cárcel, de los códigos internos de las clases bajas: ¿cómo investigaste estas cuestiones? ¿qué destino podría haber tenido La Roca y los que ahí subsisten si no apareciera el brujo (que de hecho, aparece para el último cuarto de la novela)?
Esos conocimientos pertenecen a todo ese caudal de información que uno va reteniendo en el cerebro por motivos muchas veces desconocidos. La vida, las lecturas, los programas de televisión, el contacto con todo tipo de gente (colegas, clientes, testigos) que brinda la abogacía. No me había detenido a pensar de donde podía venir todo ese conocimiento, simplemente estaba ahí.
De no haber existido un Brujo en esa cárcel, probablemente los personajes de la novela no hubiera estado teñidos de ese carácter tan demencial, y quizás ello hubiera propiciado una caída en la típica historia carcelaria llena de golpes bajos (por más extraño que pueda parecer, si hay algo que siempre trato de evitar en mis textos es el golpe bajo).

Hay algo que no me deja dormir: la predicción final que le hace el Brujo al director de la penitenciaría ¿se cumple en algún momento? Porque parece tener razón siempre pero por otra parte… estamos leyendo un informe posterior a los hechos narrados.
Una respuesta a ese interrogante tendría dos fases. Por un lado, todo aquello que no consigno explícitamente en una novela es algo que ni yo mismo sé, así que no sé qué tipo de funcionario o investigador escribe el informe ni quién se lo encargó ni en qué fecha posterior a los hechos narrados lo hizo. Por el otro, eso mismo que el Brujo dice, esas últimas palabras que le escupe al Director, de alguna manera simbolizan lo que yo veo en el futuro de una raza humana idiotizada con las redes sociales y los teléfonos celulares. Realmente sospecho que una aceleración del tiempo está teniendo lugar, sea cual sea la explicación que se le encuentre.
Contame y contale a los lectores en qué proyecto estás trabajando actualmente y qué libros inéditos tenés pensado publicar en los próximos tiempos.
Llevo dos años trabajando en una novela basada en hechos reales, sobre la secta Niños de Dios. Es un proyecto bastante exhaustivo y complejo, que se compone de tres tomos algo voluminosos. No podría decir cuántos años más va a llevarme terminar la obra completa, ya que cada tomo es una línea de tiempo que corre paralela a las otras dos, y, como avanzo en orden cronológico (capítulos cortos, folletinescos), las tres partes están siendo escritas simultáneamente.
Si bien por el momento es una cuestión que no depende enteramente de mi voluntad, sino de la forma en que se vayan dando las circunstancias, mis intenciones son las de suceder a El brujo con una novela que relata las inusuales situaciones que rodean a la posesión satánica de un adolescente de 17 años. Es una novela muy ágil, no demasiado larga, repleta de golpes de timón y narrada en primera persona por el propio poseído.
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