A fines del año pasado durante la fiesta de fin de año de Editorial Marea pude hablar un rato con Guido Indij, editor de interZona frente a su hermosa librería Asunto Plus en Puerto Madero.
El editor me planteó que estaba gestando la idea de armar una colección de eBooks y me pidió asesoramiento dado que conozco el paño por haber estado cerca de dos años trabajando en BajaLibros.com
La posibilidad de llevar a cabo una colección siempre fue algo que me tentó y también la idea de profundizar mi inmersión en el mundo del eBook, por lo tanto unos meses después le sugerí a Indij armar una colección con lo mejor de la literatura pulp o de género.
¿Por qué una colección de pulps en eBook? D
os motivos: el primero fue que obviamente amo con locura la literatura de género y tener la posibilidad de dirigir una colección con lo mejor de lo que se produce actualmente en español del terror, policial, suspenso, fantasy, aventura, etc. ya pasa de ser un anhelo a liso y llano “sueño del pibe”.
El segundo motivo es mucho más pragmático: las pulps actuales se escriben y se leen en internet, en foros, en pantallas de celulares o tablets o eReaders. Los kioskos de diarios ya no venden revistitas de aventuras ni hay una colección Robin Hood para que los entusiastas se nutran de lo mejor de la literatura de género y si las hay, la inmensa mayoría de la gente ya no las compra como antes. La serialidad típica del pulp, su consumo rápido y descartable se lleva muchísimo mejor con una colección de eBooks de bajo precio para el lector que con una industria del papel que tiene una lógica inviable a nivel comercial para una editorial mediana.El pulp que más se consume actualmente en los Estados Unidos, su cuna, está siendo editado casi por completo en eBook tanto por escritores que se autopublican como por los que son editados por editoriales como Tor.
Fue así entonces el modo en que surgió la aventura de Zona Pulp, la colección de literatura de género en eBook que ya estoy dirigiendo para interZona.
Si bien el lanzamiento oficial lo habíamos planedo para septiembre-octubre de este año, la realidad se nos adelantó un poco y nos dio la excusa perfecta para poner a uno de nuestros escritores estrella, Nico Saraintaris y a su dupla creativa, el inmenso ilustrador Fernando Martínez Ruppel (quién hará las tapas de la colección), a trabajar a sol y sombra para producir Mano propia, una novelette cyberpunk tremenda con la que abriremos la colección en pocos días.
Porque eso también es escritura pulp: tomar un tema y escribir, escribir, escribir una aventura sin pausas para imprimirlo y salir a rodar.
¿Quieren saber qué trae Mano propia? Aquí va adelanto de tapa y primer capítulo.
¡Que lo disfruten!
Mano Propia
Texto: Nico Saraintaris
Tapa e Ilustraciones: Fernando Martínez Ruppel
I.
Una de las cámaras del circuito de la ciudad lo tomó mientras robaba una cartera. La señora, todavía en el piso, se llevó la mano al costado del visor y confirmó el hurto. En una de las mesas del café que estaba cruzando la calle, un tipo de unos cuarenta años dejó el diario y ratificó la denuncia con un movimiento de cabeza. Cámara, víctima y testigo estaban de acuerdo y el sistema se encargó de cargar el ilícito en todos los visores de la ciudad.
Corría como loco. Sabía que no tenía mucho tiempo, lo habían marcado. Sonó un timbre y salieron algunos chicos de un colegio primario. Trató de esquivarlos pero se tropezó y cayó dando tumbos. Uno de los chicos se acercó para ayudarlo pero cuando vio que estaba marcado lo devolvió al piso con una patada. Un segundo golpe le rompió una costilla. Ninguno tenía más de doce años pero pegaban con fuerza. El fútbol seguía siendo uno de los orgullos más grandes de los habitantes de Portenia.
Se levantó, empujó a uno de los chicos a un costado y siguió corriendo. Dobló en una esquina. Un tachero le cruzó el auto en la vereda cortándole el paso. Un tipo con traje lo golpeó con fuerza en el pecho y el joven cayó hacia atrás, adentro del palier de un edificio de una de las zonas más caras de la ciudad. Empezó a juntarse mucha gente en la entrada. Se turnaban para patearlo. Cabeza, costillas y entrepierna. Desde el visor podía verse cómo bajaba lentamente la barra de la pena dictada por el nuevo código Hammurabi.
Alguien gritó y se le tiró encima, cubriéndolo con todo su cuerpo. El joven desapareció de los visores y la gente se dispersó entre puteadas. Cuando quedaron solos, lo arrastró hasta su habitación y cerró la puerta. El portero se llamaba Ezquerra y era un faraday, uno de esos tipos que rechazan la conexión. Trató de limpiarlo pero sabía que era tarde. El joven estaba inconsciente, con la cabeza abierta, un ojo reventado y la cara llena de moretones. Nunca llegaría al hospital y moriría ahí mismo, en el líving de su casa.
Ezquerra se levantó y se sirvió un vaso de gin. Sin dejar de mirar el cuerpo inerte del joven, apuró el vaso y se sirvió uno nuevo. La versión 3.11 del código Hammurabi era la actualización más reciente del Sistema Operativo del Estado (SOE).
[…] variar, van siete preguntas a Julian Calderazi de VMG studio, desarrolladores del eBook Mano Propia y de la compilación de columnas Cultura […]
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