A días nada más de la llegada de Rituales de lágrimas todavía nos quedan tres personajes de la nuevo novela por develar. Hoy le toca el turno a Sheila Lehrer, una de las protagonistas de Rituales de sangre que vuelve al ruedo en esta nueva aventura.
Vayamos a lo nuestro entonces y pasemos a hacer la presentación formal de esta retraída chica ortodoxa judía a quien encontraremos en pleno cuestionamiento de sus raíces y ambiciones.
Nombre: Sheila Lehrer
Edad: 20 años.
Estatura: 1.68 m
Peso: 62 kg
Pelo: Pelirroja natural.
Ojos: Azules.
Aparece en: Rituales de sangre, Rituales de lágrimas
Características: La segunda de seis hermanos, Sheila es la única hija que le queda al gran rabino Moshé Lehrer luego de la trágica decisión que tomara Jaia Lehrer en el prólogo de Rituales de sangre.
Sheila nació en 1994 en Jerusalén y su llegada al mundo fue considerada casi milagrosa por la comunidad ortodoxa judía de Tikvá Zhitomir a la que pertenece ella y toda su familia. Esto se debe a que Jaia le llevaba casi doce años y en la comunidad de Zhitomir creían que la imposibilidad de Rivka Lehrer de volver a concebir luego de su primogénita se debía a algún tipo de castigo divino.
Sheila siempre se caracterizó por ser inquieta y despierta, características que se profundizaron con su llegada a la adolescencia cuando comenzó a interesarse por asuntos que escapan a las estrictas normas de la ortodoxia judía a la que pertenece. Esta rebeldía le ha hecho chocar en varias ocasiones con su padre, respetado líder de la comunidad local de Zhitomir al punto que al finalizar Rituales de sangre se encuentra prácticamente con un pie afuera de la comunidad.
Sin embargo, sus raíces comunitarias siguen siendo muy fuertes y cada tanto la hacen retroceder algunos pasos. En esta situación la encontraremos al comienzo de Rituales de lágrimas: confundida respecto de qué debe hacer, cómo debe comportarse y qué desea para su futuro justo cuando una serie de hechos brutales vuelven a irrumpir en su vida para llevarla a tener que tomar decisiones que nunca hubiera deseado tener que tomar.
Fragmento:
– En este país siempre es mejor que sea un abogado católico el que entre a un juzgado a representar a un judío – completó Jaim Gorovitz ante el silencio de Sheila – así el juez católico no sospecha que estemos conspirando.
A Sheila no le gustaba eso pero tampoco le gustaba verse a sí misma desconfiando de los no judíos. Esa era la Sheila que había crecido en el guetto cerrado de su comunidad y no sabía dónde estaba ahora parada, pero definitivamente no ahí, no tras las paredes del guetto.
– Muy bien Gorovitz, creo que ya fue suficiente. Le voy a pedir ahora nuevamente que se vaya de mi casa – repitió ella con frialdad.
(Fragmento del capítulo 12 de Rituales de lágrimas)
Curiosidad: En el epílogo de Rituales de sangre, en el último párrafo se la describe a Sheila del siguiente modo: “La vio, parada atrás de la puerta como la primera vez que la había visto, con la pollera que llegaba a los tobillos, pero a diferencia de esa vez, llevaba una musculosa negra en vez de la camisa blanca y abrochada y además había soltado su larga cabellera roja que caía como una cascada encrespada sobre sus hombros. Un pequeño dije de una estrella de David colgaba de una cadenita en su cuello. Era la misma Sheila pero era a la vez otra, nueva, impredecible.” Lo que casi nadie sabe es que este párrafo fue modificado a último momento en la corrección final de la novela antes de ir a imprenta cuando ya estaba decidida la tapa del libro. Como es fácil de observar, en la tapa podemos ver a una muchacha pelirroja con el pelo suelto, una musculosa negra y una cadenita con una Estrella de David colgando. Para hacer patente la identificación entre la fotografía de tapa con el personaje agregué esta descripción al original que fue a imprenta.
Conocé a los otros personajes de Rituales de lágrimas:
Lucía Zabala
Mario Quiroz
Sebastián Rojtman
Leib Schelling