Que de lejos parecen moscas por Enrique Ferrari
Mi calificación: 4 de 5 estrellas
Novela negra y brutal, Que de lejos parecen moscas es un típico ejemplo del género noir que logra la difícil prueba de la adaptación al gusto argentino.
En la discusión eterna acerca de la posibilidad (o no) de escribir género negro en la Argentina, la novela de Ferrari responde con un rotundo sí.
El narrador presenta al Señor Machi, un protagonista despreciable y aún así se las ingenia para que el lector quiera seguir sus desventuras, aunque más no sea por el placer sádico de verlo sufrir.
Este protagonista (empresario corrupto, típico trepador argentino, casi una especie de Señor Lanari de Cabecita negra, el famoso cuento de Rozenmacher, llevado al extremo de la avaricia, el desprecio por las clases bajas y la pisada de cabezas para conseguir una mejor posición social) no está solo, sin embargo, en su crapulencia: casi todos los personajes que lo rodean (que sólo aparecen como flashbacks o mediados por el teléfono) son seres despreciables, arribistas, aprovechadores y egoístas.
La historia es simple y la prosa ayuda a leerla de corrido: este empresario corrupto se encuentra casi al comienzo de la novela con que alguien dejó un cadáver en el baúl de su automóvil. De ahí en adelante el relato se moverá vertiginoso entre la tensión del tipo por deshacerse de semejante carga y los flashbacks que intentan dar un panorama de la lista de posibles enemigos que le hayan tirado el fiambre.
Con algunos guiños divertidos para el lector (uno de esos posibles enemigos parece ser un alter ego del propio autor, lo que nos hace pensar que el tal Machi también está inspirado en una persona real), y un ritmo que no para, se lee con gusto.
En conclusión: una novela dura, rápida, que ata al lector y que se disfruta aún cuando el lector odie al protagonista.