El fenómeno de comienzos del 2014 en el mercado siempre interesante de las series de TV fue sin lugar a dudas True Detective.
La serie escrita por Nic Pizzolatto planteó una clásica estructura policial con un misterio intenso e interesante donde se mezcló la magia ritual, la sangre, un poco de acción, la corrupción política y la descomposición social del Sur de los Estados Unidos enmarcado en una especie de neo-gótico sureño.
Y sin embargo el final me resultó algo decepcionante. ¿Por qué? Intentando no adentrarme demasiado en el terreno árido del *spoiler* podría señalar que la trama tiene una resolución algo casual (el modo en el que terminan dando con el verdadero asesino) que casi diría está a un paso del infame procedimiento narrativo del Deus Ex Machina. Además hay varias líneas argumentales que venían siendo ampliamente desarrolladas y quedaron inconclusas, siendo así desperdiciadas. Hay por lo menos toda una situación bastante ridícula que además no aporta nada a la trama (no la hace avanzar ni le aporta relevancia) en los últimos dos capítulos (tiempo de acción que podría haberse empleado en darle más hondura y relevancia a la resolución) y la escena final desvirtúa al personaje de Rust Cohle dejándolo casi como una caricatura de lo que había sido.
Fue por eso que apenas terminé la serie me propuse leer algo que siguiera en su mismo tono porque la temática del asesinato ritual me resulta no solo fascinante (de hecho, mi novela próxima a aparecer, Rituales de sangre, tiene mucho de eso) sino muy rica en posibilidades. El terror moderno de orden no sobrenatural tiene en la temática ritual un nicho enorme para aprovechar.
Leí tres libros (uno de ellos, en realidad todavía lo estoy leyendo) y aquí van mis comentarios para quienes quieran seguir enganchados con la temática que propone la serie.
1. La llamada del Kill Club (Dark Places) de Gillian Flynn
Este es el segundo libro de la autora del gran éxito del 2013, Perdida (Gone Girl). Una novela bastante interesante y que en un principio parece plantear un escenario casi idéntico al de True Detective: una década después de haber sido testigo de la masacre de su familia en un supuesto crimen ritual por parte de su hermano, Libby Day debe encontrar un modo de sobrevivir más allá de la caridad que su terrible caso despertó en las almas sensibles.
Es entonces cuando se relacionará con un grupo de aficionados a los casos policiales reales que están convencidos de la inocencia de su hermano.
La novela se centra mucho en la construcción de los personajes y en la descripción del entorno rural empobrecido del sur de los Estados Unidos, tiene algunos buenos momentos pero también hacia el final se desmorona un poco. Plantea muchas posibilidades, abre varios juegos y luego en el apuro por darle un cierre aparecen un poco desperdiciadas.
Sin embargo es una buena opción para seguir en el submundo de strippers, pobreza y cierto toque de ritual satánico de True Detective.
2. Galveston de Nic Pizzolatto
Resultaba una opción obvia: el autor de esta breve novela policial de género negro es el autor de la serie que nos enamoró durante los primeros meses del año.
Sin embargo, más allá de las descripciones del Sur estadounidense con sus fábricas en ruinas de fondo en un terreno pantanoso, este relato tiene poco que ver con la serie. El matón de una organización criminal se entera que tiene cáncer terminal el mismo día que su jefe le tiende una emboscada para sacárselo de encima por una cuestión de polleras. En esa emboscada nuestro protagonista conoce a un chica a la que salva de la carnicería y juntos emprenden un viaje hacia la ciudad de Galveston en Texas.
No hay un virtuosismo en la prosa a destacar y tampoco es una novela que proponga demasiado, se trata de una historia sencilla llevada con corrección. Eso es todo.
Esta crónica sobre el asesinato en un crimen ritual satánico de un niño correntino en 2006 y la posterior investigación de la justicia es sin dudas la opción que más me hizo sentir que continuaba en medio de True Detective.
No sólo el atroz crimen tuvo claros elementos de ritual satánico sino que además, la ambientación del mismo en la ciudad de Mercedes, provincia de Corrientes, con su ambiente rural empobrecido, sus ricos poderosos e impunes, las fiestas sexuales con menores de edad y el pueblo supersticioso e ignorante, el clima semi tropical y pantanoso, parecen el reverso de la misma moneda de la serie de TV: el reverso real. La triste historia en la que podría haberse inspirado Pizzolato para crear la serie. La mitología del Yellow King y Carcosa, extraída de la weird fiction americana, resultan completamente equiparables a las leyendas y especulaciones con los dioses paganos de las religiones afroamericanas y el folklore local. Sólo que esto por haber sido real es también mucho más tenebroso.
En conclusión
De los tres libros que leí luego de ver True Detective buscando una experiencia estética similar, sin dudas La misa del diablo de Miguel Prenz es la que ofrece una continuidad más perversa y aterradora.
¿Conocen otra novela o libro que toque los temas de True Detective? Dejen sus recomendaciones en la sección de comentarios.
No novela ni libro, pero vimos hace dos días en el bafici, la película The Sacrament de Ti West; thriller inspirado en los hechos de Jonestown. No digo más para no spoilear, pero muy recomendable.
Gracias por la recomendación. ¡Anoto!
Muy buenos linkeos literarios. Comparto la crítica con el final de la temporada. Aunque en todos lados se marcó como algo positivo que la historia terminara en una sola temporada, la densidad de las líneas argumentales presentabas e inconclusas-desaprovechadas deja la sensación de una obra incompleta que sólo alcanzó a presentar los temas. Salvo que sea retomada con habilidad en la 2da temporada, lo cual será de dudosa igualación dado el magnetismo que generaba la figura de Cole, que ya no estará.
Leonel: por lo que leí la historia no continuará de ningún modo, es una historia cerrada. Me parece bien que así sea, lamento que no hayan tenido más tiempo, espacio o habilidad para darle un cierra más redondo. De todos modos nadie puede dudar de su calidad.