Hace unas semanas una alumna de primer año en uno de los colegios donde doy clases de Lengua se me acercó al final del curso y me preguntó qué consejo le podía dar a ella que le gusta mucho escribir para mejorar en lo que hace.
Esta alumna es ya de por sí una gran lectora y siempre viene a clases con libros que me muestra para compartir sus lecturas.
Encontrar chicos en edad de escuela secundaria con inquietudes literarias siempre es una alegría y una sorpresa muy agradable. Pero lo cierto es que no supe qué responderle exactamente en ese momento: dominar el arte de la escritura toma, como cualquier oficio mucha práctica, esfuerzo, tolerancia a la frustración y deseos de autosuperación que no se detengan ante nada. Y habrá obstáculos. Muchísimos. Obstáculos del orden interno (sentir que uno no puede mejorar la escritura por más que lo intente) y del orden externo (críticas hechas desde el resentimiento y el deseo de dañarnos, burlas, desprecio por dedicarnos a algo tan poco “útil”, indicaciones de que nos pongamos a hacer algo que valga la pena, etc.).
Entonces sí, cuando se piensa en ¿cómo mejorar la escritura? o ¿cómo escribir mejor? hay dos cuestiones que tenemos que tener en cuenta:
1. La escritura como cualquier oficio requiere mucha práctica y perseverancia hasta que lo que podamos producir se constituya en un producto digno de ser puesto a la luz y al escrutinio de los otros.
2. A pesar de que el estilo es propio de cada uno de nosotros, hay fórmulas probadas en lo referido a la construcción de una estructura para nuestros textos que se pueden enseñar y aprender y que sin dudas nos ayudan muchísimo en este camino de desarrollo de la escritura.
Es por esto que voy a hacer un listado con cinco consejos para todo aquel que esté interesado en desarrollarse en la práctica de la escritura que a mi me han sido muy útiles luego de ir descubriéndolos. Hay de todo tipo, algunos no por obvios o repetidos dejan de ser ciertos y otros quizás los sorprendan. Como sea, aquí van:
1. Para escribir mejor hay que leer más
Esta no es ninguna novedad seguramente y se ha escuchado millones de veces. De hecho es el primer consejo que se me ocurrió darle a mi alumna el día en que me preguntó: a escribir se aprende leyendo. Borges dijo que prefería que lo juzguen por lo que había leído antes que por lo que había escrito (pero era sólo una pequeña broma viniendo de un escritor tan inmenso) y es una buena observación.
Los libros clásicos que son aquellos que siguen generando nuevos sentidos cada vez que los leemos nuevamente en distintas épocas y por lo general son un gran punto de partida para ir entrando en lecturas que nos permitan crecer como escritores.
Infaltables en nuestras lecturas: La Ilíada, La Odisea, alguna novela de Dostoivesky, alguna de Kafka, alguna de Flaubert, alguna de Balzac quizás, Frankenstein de Mary Shelley, alguna novela de Hemingway, alguna de Faulkner, la lista es larga y casi interminable. No hace falta leer todos los clásicos pero una buena sumergida en los libros que forjaron lo que hoy en día conocemos como Literatura no viene nada mal.
2. Para escribir hay que rodearse de libros
Entiendo perfectamente que en la era del eBook tener libros en papel ocupando espacio parece un gasto innecesario de espacio y recursos, pero realmente tener libros rodeándonos nos permite estar viviendo todo el tiempo bajo su presencia, instándonos a crear algo concreto en el mundo. Además, los libros en muchos casos terminan volviéndose una fuente de referencias para lo que estamos escribiendo: ya sea porque necesitamos una oración que alguna vez subrayamos para un epígrafe o porque queremos consultar algún dato en un ensayo, tener libros en una biblioteca a nuestro alcance es más cómodo que tener que ir a buscar esa misma información en un eBook.
Mi sugerencia es: tener en papel los libros que se van a subrayar y en eBook aquellos que ocupan un espacio demasiado grande y quizás no se vuelvan a leer o necesitar jamás.
3. Para escribir mejor hay que aprender las estructuras básicas universales de las narraciones
“El estilo y la estructura son la esencia de un libro; las grandes ideas son bazofia.”
Vladimir Nabokov
Como señalaba, los libros clásicos son una fuente inagotable de recursos literarios ya probados. Pero también hay gente que se ha dedicado a leer esos clásicos (y otros que no lo son) con un ojo adiestrado profesionalmente en la búsqueda de las columnas que conforman su estructura.
Los libros son como edificios: tienen bases, columnas y están construidos con ladrillos. Obviamente esto no es visible por la propia materialidad con la que están construidos. No es tan fácil detectar una columna basal de una novela como lo es reconocerla en un edificio. Por eso, los manuales de escritura nos permitirán conocer esos secretos ocultos en los grandes relatos. Obviamente lo recomendable es leer esos clásicos y luego ir con el manual que nos explique cómo fueron construidos. Ningún aprendiz de arquitecto podría diagramar un edificio entero sólo leyendo manuales de arquitectura y sin haber visto primero en la vida real muchísimos otros edificios.
Aquí hice una selección de buenos manuales de escritura y aquí hice un resumen del llamado “Camino del héroe” que creo que puede servir mucho para empezar a escribir relatos convencionales.
4. Para escribir mejor hay que escribir todos los días
Hace un tiempo les comenté acerca de la increíble posibilidad de escribir una novela de principio a fin en dos meses. Sin trucos, sin trampas. A razón de mil palabras por día, multiplicado por 60 días nos da unas 60 mil palabras lo que es una novela de unas 200 páginas más o menos.
No importa si escribimos mil palabras o quinientas o cien mientras que lo hagamos todos los días. Entiendo que es difícil y yo mismo a veces me veo tan saturado de otras obligaciones o de cansancio que no puedo cumplir con mi cuota de escritura diaria. Pero lo ideal es hacerlo todos los días con un límite prefijado para darnos impulso.
Quizás mil palabras sea mucho: se puede probar con 500 que se escriben casi sin esfuerzo (aunque no lo crean este post lleva ya unas 1030 palabras que salieron casi sin esfuerzo; ¡esto también es práctica diaria de escritura!)
Una buena forma que encontré para obligarme a escribir todos los días es hacer un simple cuadro como este:
Así llevo la contabilidad de cuántas palabras escribí cada día. Es un poco obsesivo pero funciona (y además, ¿qué escritor no es obsesivo?). Los días en los que escribí 0 palabras son mis grandes vergüenzas. El cuadro lo hice en una pizarra blanca que tengo en mi estudio donde escribo por lo que además de estar rodeado de libros estoy rodeado del peso de la realidad de lo que escribí y lo que no escribí cada día. Cada 0 es una afrenta y un llamado de atención para intentar mejorar mis promedios. Tener expuesto de este modo cuánto se escribe y cuándo ayuda a forjar el hábito de escribir todos los días al menos para no sentir la decepción con uno mismo de ver que no se ha escrito. También nos puede ayudar a pensar por qué en algunos días de la semana es una constante que escribamos poco o nada y tratar de ajustar nuestros horarios para darnos la posibilidad de escribir al menos unas cien palabras esos días.
5. Para escribir en un estilo o género en particular hay que leer mucho sobre ese estilo o género durante el proceso creativo
Hace pocas semanas me dieron una gran alegría: un prestigiosísimo escritor argentino me pidió un cuento como colaboración para una antología de cuentos de género crime-noir que saldrá en los Estados Unidos.
Mi emoción llegó a las nubes y me dispuse a empezar de inmediato pero me encontré con un obstáculo: no suelo escribir cuentos cortos (4 mil a 6 mil palabras) sino novelas. Y si bien leí muchísimo de género crime-noir realmente no leí demasiados cuentos sino todas novelas y ensayos sobre el género. ¿Cómo adquirir el estilo, la estructura, el tono de un cuento de policial negro? Fui a mi biblioteca (consejo número 2 de esta lista) y tomé una antología enorme de los mejores cuentos de género negro en las pulp fictions estadounidenses de mitad del siglo XX y me puse a leer cuentos de allí. Luego de leer bastante fui tomando un poco de consciencia de cómo se debe escribir un cuento con estas características y ahora estoy en pleno proceso de su escritura.
Creo que estos cinco consejos pueden ayudar a alguien a comenzar a escribir o mejorar lo que ya está haciendo. Espero que les sirvan.