Libros y números

Números y libros

Los números no son lo nuestro. Está claro. Por eso nos dedicamos a los libros, portadores por excelencia de la palabra escrita. Sí, obviamente hay libros técnicos llenos de números y fórmulas (y de hecho a mí me toca trabajar en estos momentos con este tipo de materiales y veo libros que son tan poco “libros” en el sentido en el que yo los concibo que me cuesta aceptar sin más que sí lo son) pero los dejamos de lado como si no pertenecieran al paradigma bibliográfico total.

Para nosotros libros son novelas, compilaciones de cuentos, poemarios y hasta ensayos. Y ahí trazamos la línea.

Y sin embargo, hay algunos números que podríamos llamar “mágicos” por decir de algún modo que nos interpelan a todos los que amamos los libros por la literatura. No, no es mi intención hacer juegos de números como Adrián Paenza sino que lo que quisiera traer a colación son ciertos números que juegan un papel fundamental en los libros que nos gustan a pesar de que muchas veces ni siquiera lo sepamos.

Ahí vamos entonces:

a. La regla de los títulos de 5 palabras

La ley de la ferocidad de Pablo Ramos

Esto es algo que me contó el escritor Pablo Ramos hace varios años y que desde entonces, como una especie de mosca zumbona no deja de revolotearme en la cabeza. Es algo muy sencillo: Ramos me comentó que todos sus libros tienen títulos de 5 palabras. ¿Por qué esa “extravagancia”? porque según él, este es un número de la suerte y los libros con títulos de 5 palabras tienen éxito.

Lo peor de esta regla es que me lleva todo el tiempo a andar contando la cantidad de palabras de los títulos de los libros. Con los de Ramos no hay duda alguna, todos cumplen con su regla. Veamos:

Cuando (1) lo (2) peor (3) haya (4) pasado (5) (5 palabras)

El (1) origen (2) de (3) la (4) tristeza (5) (5 palabras)

La (1) ley (2) de (3) la (4) ferocidad (5) (5 palabras)

El (1) sueño (2) de (3) los (4) murciélagos (5) (5 palabras)

En (1) cinco (2) minutos (3) levántate (4) María (5) (5 palabras)

El (1) camino (2) de (3) la (4) luna (5) (5 palabras)

A Pablo Ramos la regla parece haberle funcionado: es un prestigioso escritor que publica libros que son éxito entre los lectores y la crítica.

Ahora ¿a algún otro escritor le funcionó colocarle títulos de 5 palabras a sus libros? La primera respuesta que me viene a la cabeza es Claudia Piñeiro. La escritora que ya tenía algunos libros publicados saltó a la fama y al éxito de ventas con su novela Las (1) viudas (2) de (3) los (4) jueves (5) que ganó el Premio Clarín de Novela en el año 2005.

De hecho, el Primer Premio Clarín de Novela que se otorgó en el año 1998 fue para Una (1) noche (2) con (3) Sabrina (4) Love (5) de Pedro Mairal.

Luego en el año 2000 el Premio Clarín fue para Se (1) esconde (2) tras (3) los (4) ojos (5) de Pablo Toledo. Saltamos al 2009 y tenemos que la novela ganadora del premio de ese año fue Más (1) liviano (2) que (3) el (4) aire (5) de Federico Jeannmarie y luego, la novela ganadora del año pasado (2014) fue Rebelión (1) de (2) los (3) oficios (4) inútiles (5) de Daniel Ferreria.

Entonces de 17 premios Clarín de Novela (entre 1998 y 2016) 5 novelas (¡justo 5!) llevaron títulos con 5 palabras. En promedio casi el 30% de las novelas ganadoras de este galardón llevaron títulos de 5 palabras.

Luego encontramos 3 novelas ganadoras con 4 palabras en su títulos (Memorias del río inmóvil; Perdida en el momento y El lugar del padre),  3 novelas con 3 palabras (Inglaterra, una fábula; La otra playa y Lloverá sobre nosotros), 3 novelas con 1 sola palabra en el título (Composición; Peder y Sobrevivientes) y 2 novelas con 2 palabras (Las ingratas y  Arte menor).

Entonces pareciera ser que al menos en esta estadística totalmente arbitraria y lúdica, efectivamente las novelas con títulos de 5 palabras se llevaron la mayoría de los premios. Ahora también para los amantes de las simetrías podemos ver cómo a excepción de las novelas con 1 sola palabra en su título que tuvieron 3 premios y las de 4 palabras que obtuvieron 3 premios, luego ganaron el Premio el mismo número de novelas que el número de sus títulos: 3 novelas ganadoras de 3 palabras en su título y 2 novelas ganadoras de 2 palabras en su título.

Si yo me presentara en el concurso y siguiendo esta extraña matemática me presentaría con una novela de 5 o 4 palabras en su título (para completar la simetría de que haya 4 novelas ganadoras de 4 palabras en su título) o en su defecto de 1 palabra ya que este número rompe ampliamente con el esquema de simetrías.

Podemos pensar en algún otro éxito rutilante de 5 palabras en el título: El (1) Señor (2) de (3) los (4) anillos (5) de J.R.R. Tolkien. Sí, encaja perfecto. Ahora bien… el título original en einglés es: Lord (1) of (2) the (3) Rings (4) ¿Acaso la regla de las 5 palabras en el título como especie de conjuro mágico para tener un libro exitoso aplique sólo en castellano? ¿Quién sabe?

b. La regla de las sagas impares

Serie de Harry Potter

Esta es otra extraña regla con fascinación por los números impares (como el número 5) que leí en internet. La regla sostiene que a la hora de escribir sagas de novelas se debe siempre escribir un número impar de novelas: 3, 5, 7, etc. para garantizarse el éxito. Supuestamente hay estadísticas que avalarían que para que una saga tenga éxito debe constar de un número impar de libros aunque ninguna explicación racional de este fenómeno. Veamos algunos ejemplos donde la ley pareciera aplicarse:

Saga de Harry Potter de J.K. Rowling = 7 libros.

Saga de Los juegos del hambre de Suzanne Collins = 3 libros.

Saga de Divergente de Veronica Roth = 3 libros.

Saga de Maze Runner de James Dashner = 3 libros.

Saga de Millenium de Stieg Larsson = 3 libros.

Saga de Cincuenta sombras de Grey de E.L. James = 3 libros.

Sin embargo no hace falta ir demasiado lejos para corroborar que la mega best-seller saga de Crepúsuclo de Stephanie Meyer consta de 4 libros. ¿La excepción a la regla? ¿Cómo saber?

De cualquier modo sólo basta comprobar esta lista de las más exitosas series de series de literatura Young Adult (que es el género por excelencia para la serialidad) para comprobar que la gran mayoría de ellas constan de tres libros. Si a esto le sumamos el análisis de sagas de películas también veremos que en la mayoría de ellas se comprueba la regla de los números impares:

Saga Star Wars original (3 películas y luego, con la segunda trilogía que da un número de 6 la arruinaron)

Saga Indiana Jones (3 películas hasta la nefasta 4ta que rompió la magia)

Saga Rambo (3 películas hasta la nefasta 4ta que rompió la magia)

Saga Rocky (5 películas hasta la nefasta 6ta que rompió la magia)

Saga El Padrino (3 películas)

Y así.

Creer o reventar.

c. La regla de las 10 mil horas

Outliers de Malcolm Gladwell

Esta regla viene acompañada de una supuesta corroboración científica de la mano de quien la postuló, el sociólogo canadiense Malcolm Gladwell. En su libro Outliers en el que se ocupa de diseccionar el camino al éxito de los mayores exitosos de la humanidad sostiene que cualquier arte humana puede ser dominada con maestría si se le dedican unas 10 mil horas a desarrollarla.

Con esta regla en mente no son pocos los que aconsejan a escritores que luchan desde abajo (con manuscritos inéditos rechazados o en el cajón; con intenciones de algún día llegar a editar y dedicarse a esta profesión) a que le dediquen unas 10 mil horas a la práctica de la escritura.

Según Gladwell más allá del talento natural que uno pueda tener para determinada labor, lo que termina despertando el éxito es la práctica continua y el enamoramiento de lo que se practica. No parece ser una idea muy descabellada. En mi experiencia personal puedo decir sí que escribí varias novelas-novelitas-cuentos que espero nunca vean la luz. ¿Desperdicio de tiempo? ¿desperdicio de energía? No lo creo. La práctica de escritura de esos textos que ahora considero indignos fueron horas de ir superando obstáculos en el camino de la escritura. Como todo oficio, el tiempo y la paciencia hacen al maestro.

d. La regla de las 1.000 palabras por día

mil palabras por día

Relacionada con la regla de las 10 mil horas está la regla de las 1.000 palabras por día que ya desarrollé hace un tiempo y que consiste en una ecuación bastante elemental: una novela de unas 200 páginas tiene aproximadamente entre 50 y 60 mil palabras. Si durante dos meses logramos escribir 1.000 palabras por día (no es poco) entonces al finalizar esos 60 días tendríamos que tener listo un primer borrador de una novela. El método funciona, sólo requiere fuerza de voluntad y constancia.

Definitivamente pareciera haber más relación entre números y libros de la que quisiéramos creer.