El domingo pasado el diario La Nación publicó una nota acerca del estado actual de los e-books y los libros de papel con el sugestivo título Papel: 1 1 / E-book: 0. El apocalipsis que nunca llegó donde se hacía eco unas semanas después de la nota que publicó The New York Times el 22 de septiembre: The Plot Twist: E-Book Sales Slip, and Print Is Far From Dead (a modo tal que el artículo de La Nación tiene un párrafo prácticamente calcado de uno de la nota del New York Times). Ambas notas tienen en común, además, la información que publicó la Association of American Publishers (AAP) con un balance de las ventas de libros en e-book, papel y tapa dura en el periodo enero-junio de 2015 que demuestran una caída en la venta de e-books respecto del mismo periodo del año pasado.
Aquí conviene aclarar que esa nota ya ha sido discutida y cuestionada desde diversas fuentes, blogs y especialistas (lo mejor que leí al respecto y en el que se basa en parte este post está aquí).
Me resulta raro que la nota de La Nación que refrita la del New York Times de hace un mes y que ya ha sido rebatida en varias de sus premisas periodísticas no haya incluido estas nuevas reflexiones, pero no quiero opinar aquí de cuestiones que hacen al hacer periodístico.
Lo que me interesa es plantear si es correcto hablar del “fin del e-book” como con cierto regodeo plantean ya desde su título ambas notas.
Porque decir “Papel: 1 / E-book: 0” es una formulación bastante tendenciosa, como si el formato e-book no hubiera tenido un crecimiento sostenido durante los últimos cuatro años, como si no hubiera convertido ningún “gol”.
Y creo que no hay ingenuidad en la forma de titular y de presentar la información de la AAP; creo que hay una intención explícita de plantear que el e-book fue un espejito de color que ya no le interesa a nadie.
Antes de seguir quiero aclarar mi relación con el e-book y el mercado del e-book: tengo dos Kindles en casa, compro libros originales en Amazon (no bajo pirata), trabajé para el mayor retailer de e-books de la Argentina y actualmente me encargo de la implementación de catálogo en e-book de una editorial médica argentina.
Además, me interesa el e-book como escritor y estoy trabajando para publicar en los próximos meses algunos libros en este formato de modo autopublicado, como una forma de experimentar y hacer algunas comprobaciones en piel propia sobre cómo es el juego de los indies.
¿Por qué las aclaraciones? Porque en este juego no hay ingenuidades y cada uno de los actores intenta llevar agua para su molino.
Vayamos entonces a los datos de la AAP que desencadenaron estas notas sombrías para el futuro de los e-books (algunos han llegado a decir que el formato quedará como las cámaras de fotos Polaroid o los discos de vinilo, sólo para un micro nicho de fanáticos).
Este es el cuadro de la AAP que muestra las ventas totales de libros en todos los formatos en el período enero-junio desde el 2011 y hasta el 2015

Si vemos el cuadro comprobamos fácilmente que hubo una disminución en los ingresos por venta de e-books en 2015 y un aumento en el formato “Paperback” (tapa blanda) y “Mass Market” (es un formato de libro de bolsillo, con papel de baja calidad cuyo equivalente podría ser las colecciones de libros de kiosco que se venden en nuestro país).
Según la AAP la caída de las ventas de e-books suman un 10.3% mientras que la subida en ventas de Mass Market & Paperback habría sido de 12.5%.
Ahora, si vemos bien el gráfico, también podemos comprobar que el formato “Hardback” (tapa dura) también sufrió un declive interesante respecto del mismo periodo del 2014: exactamente un 11% según la AAP (casi un punto más de caída que la caída de ventas en e-book).
¿Entonces cómo? ¿No era que los e-books estaban en decadencia y el formato papel estaba resurgiendo de sus cenizas? En la misma página de la AAP muestran que el promedio de la caída de ventas TOTAL es de 1.4% respecto del 2014. Es decir, que se vendieron menos libros que el año pasado. Esto es el resultado de la suma de las caídas de ventas tanto en papel como en e-book.

En definitiva, lo que habría es una caída de las ventas del sector editorial de 1.4% en total. Nada que festejar para los que amamos los libros más allá del formato que prefiramos.
Entonces, indudablemente hay una caída (en estos números) de las ventas en e-books y además, una caída en general de las ventas de libros que amontonan un 1.4%
Ahora bien, ¿por qué Amazon, el mayor retailer de e-books del mundo, dice que las ventas de este tipo de libros están a la alza en 2015 si acabamos de ver los fríos datos que lo desmienten?
Acá es donde la nota del New York Times y su carbónico de La Nación es donde no se meten.
Primero que nada: la AAP recopila datos de ventas sólo de editoriales que están inscriptas en ella: unas 1.200 editoriales. Esto deja de lado editoriales que no forman parte de la asociación pero más importante, el amplio mercado de los autopublicados que son la columna vertebral de ventas en e-book de Amazon bajo su programa Kindle Direct Publishing. Un gráfico del sitio Author Earnings lo demuestra claramente:

Como se ve claramente en el gráfico los datos que recopila la AAP (barra color violeta) son menos de la mitad del total de las ventas en e-book. A esa información de la AAP habría que sumarle los títulos publicados por editoriales tradicionales que no están asociadas a la AAP, publicaciones del sello propio de Amazon y libros autopublicados o independientes con y sin número de ISBN. En particular aquellos libros sin ISBN resultan difíciles de rastrear.
Y ahora viene la segunda cuestión: ¿por qué están cayendo las ventas de los e-books de las editoriales que pertenecen a la AAP?
Todos los especialistas coinciden en algo que como consumidor resulta obvio: luego de la tremenda disputa entre Hachette y Amazon del 2014, las grandes editoriales lograron imponerse y estipular los precios para sus e-books, muy por encima de lo que Amazon sugería. Esto es algo evidente para cualquiera, basta con entrar en Amazon.
Veamos un ejemplo concreto: ayer me recomendaron la novela The Three-Body Problem de Cixin Liu y como siempre que me recomiendan un libro, lo fui a buscar en Amazon. Vean la sorpresa que me llevé cuando vi el precio en formato e-book (Kindle) y el precio en formato Paperback (papel):
¿Lo ven? En formato digital cuesta US$12.99 mientras que en formato Paperback cuesta US$12.23. Es decir, sale casi un dólar más caro comprarlo en formato digital que en papel (repito: comprar un archivo que almacenamos en un dispositivo, comprar bits, a cambio de comprar papel que se puede tocar y sentir) cuando se sabe que un consumidor promedio está dispuesto a pagar hasta un 50% del precio en papel por el formato digital.
De hecho, las variaciones de precios en el rango de US$1.99 a US$ 3.99 son fundamentales para estimular la venta de títulos vía Amazon y esto es algo que lo saben los autopublicados que se la pasan especulando con estas variaciones de precios o incluso desarrollan campañas en las que disponen sus libros en forma gratuita por uno a tres días.
¿Por qué las grandes editoriales querrían boicotear el formato e-book? en principio para quitarle poder de fuego a Amazon.
Para las editoriales este retailer representa un riesgo muy grande: son los dueños de la patente del Kindle, que como dijimos es el e-reader más popular del mundo. Y con esto viene también el tema del DRM (Digital Rights Management, es decir, la seguridad que le colocan a los e-books para que no puedan ser copiados gratuitamente o pasados a otros dispositivos que no sean el Kindle). Si el e-book reemplaza casi por completo al libro en papel desplazándolo a un consumo más marginal, y si Amazon es el monopólico retailer las editoriales quedarán sometidas a su voluntad. Amazon podría imponer las reglas del juego que le plazcan. Algo que por cierto viene haciendo en buena medida.
Por supuesto, aquí entra la segunda particularidad del tema: las editoriales no terminan de confiar en el formato digital y por eso se ponen restrictivos con el DRM. Se genera un círculo vicioso: 1. las editoriales temen que la gente pueda copiar y reproducir gratuitamente sus contenidos por lo que exige un DRM poderoso 2. Amazon le pone entonces DRM a los libros que vende y con este DRM viene la imposibilidad de que la gente lea sus libros en otros dispositivos que no sean los de Amazon o con la app oficial de Amazon para tablets 3. Así Amazon recibe un enorme poder para imponer sus condiciones cuando quiera. Y es una empresa caracterizada por hacerlo y jugar rudo desde siempre.
Por último, a las editoriales tradicionales, claramente no les conviene el desarrollo de un mercado del e-book independiente porque les quita su lugar en el mercado. Si es fácil autopublicarse y hacerlo con gran calidad, ¿para qué un escritor quería pasar por una editorial tradicional? La autopublicación le permite al autor tener absoluto control minuto a minuto acerca de sus ventas. Una editorial tradicional hace como mucho dos liquidaciones de derecho de autor anuales. Entonces, un autopublicado puede empezar a ganar dinero con su obra mucho más rápido, con un control mucho más exacto y con un mayor porcentaje de ganancia que publicando de modo tradicional.
A las editoriales, en el actual estado del mercado, seguramente les conviene enfriar un poco el tema de los e-books para no darle tanto poder a Amazon y desalentar la autopublicación.
Desde luego, no creo que Amazon se quede de brazos cruzados ante esta situación. Creo que su apuesta va a ir por seguir estimulando a los autopublicados que de momento le está brindando un gran éxito. Imaginen que la película The Martian de Ridley Scott que acaba de estrenarse está basada en el libro de Andy Weir que surgió como uno más de los miles de autopublicados en Amazon. Es decir, el mercado independiente ha dado ya sobradas muestras en poco tiempo de estar lleno de buenos escritores con interesantes propuestas que por motivos diversos no llegaron o no quisieron llegar a editoriales tradicionales.
Algunas consideraciones sobre el mercado local
Ahora vayamos a algunas pequeñas consideraciones acerca del estado del e-book en la Argentina. Aquí este mercado es casi subterráneo por diversos motivos:
- La dificultad de acceso a los e-readers y dispositivos de lectura. En especial el Kindle de Amazon que es el más adoptado a nivel mundial.
- El hecho de que Amazon no opere en nuestro país.
- Algunas restricciones por parte de las editoriales locales.
En mi caso concreto me he dado cuenta que mis libros publicados en Amazon no están habilitados para ser vendidos en la Argentina, lo que me complica mucho cada vez que alguien me pregunta si están en digital. Desconozco los términos del contrato que habrá celebrado mi editorial con algún distribuidor de contenidos pero evidentemente en alguna cláusula debe indicar que esos contenidos no se venderán vía Amazon en la Argentina sino a través de librerías que hayan montado un sistema de ventas de e-books o directamente vía BajaLibros.
Creo que esta es una traba fundamental para el desarrollo del escueto mercado local de e-books porque la gran mayoría de lectores de e-books en el país parecen optar (al igual que en casi todo el mundo) por el Kindle. Al comprar un e-book por BajaLibros o cualquier otra librería local, el lector no puede pasar el contenido a su Kindle sin antes quitarle el DRM, algo que requiere una mínima pericia y no todos saben cómo hacer. Y así entonces el pequeño mercado potencial se achica aún más y queda relegado a quienes leen e-books en sus tablets o smartphones.
Pero además, habiendo pasado ya más de un año de la publicación de Rituales de sangre, no he recibido de momento ninguna liquidación referida a las ventas en e-books en todos los canales. Según la editorial están teniendo dificultades para controlar los números de ventas en digital. Lo que sé a nivel concreto es que como escritor no siento que se le esté dando importancia a este tema de venta en digital y mucho más por el hecho de que no tengo ningún dato acerca de números de venta en este formato. Nuevamente, a mí me interesa especialmente el tema de los e-books, imagínense a un escritor tradicional que es desconfiado en principio en este tipo de innovaciones. Imagino que carecer de números concretos de ventas en formato e-book no resultaría especialmente estimulante para que se acerque al formato.
Conclusión provisoria
La conclusión de todas estas cuestiones es evidente: el mercado del e-book no se está cayendo en picada como le gustaría a unos cuantos. Sí es cierto que está creciendo a un ritmo menor que en años anteriores pero aún así, sigue creciendo y queda bien lejos de 0 en el conteo de goles de este largo partido.
Estimado Alejando: Muy bueno tu analisis. Y por cierto muy buena Rituales de Sangre (Sobre RDL no puedo opinar porque la estoy reservando para las vacaciones).
Un par de acotaciones a tu analisis: Como bien señalas el kindle es el lector más extendido y sin embargo los portales de venta en Argentina venden exlusivamente .epubs, lo que dificulta el acceso a ebooks en forma legal
La nota del NYT (y su copia de LN) no tienen en cuento el amplio “mercado pirata” ya sea pirata/pirata o pirata Mercado Libre, donde encontras libros recien editados y que cuestan 200/300 pesos en cualquier libreria a 30/40 en fomato digital.
Los que disfrutamos el placer de libro, del tacto sobre el papel, el olor de las hojas, nunca vamos a dejar de lado este, pero la realidad tambien es que si sos un viajero frecuente tener en un dispositivo que pesa menos de 200 gramos 10 o 20 libros facilita las cosas. Y el costo del ebook a menos de la mitad del papel (en la mayoria de los casos, salvo tus ejemplos de amazon) tambien muchas veces influyer porque no es lo mismo gastarte 300 pesos en un mes que 600 o más.
En mi opinión, tanto el papel como el e-reader, son dos medios idoneos para satisfacer mis ansias de lecturas, por lo que no me atrevería a ser tan categorico como la nota en cuanto a que el ebook pierde 1 a 0. O van 1 a 1 como señalas vos, o un 0 a 0 pero entetendido, con muchos firulestes y ocaciones de gol. Abrazo
Muchas gracias por tus comentarios Héctor. Coincido plenamente.
Un saludo.
Hola Alejandro. Soy lector anfibio, y disfruto mucho my Kindle por las razones dadas por Héctor Valeschi. Te aconsejaría que te trataras de publicar por Amazon en tus futuros libros, o hacer la prueba con una novela menor. Existe un sitio donde se habla mucho de publicar en Amazon, es un programa español: http://www.triunfacontulibro.com . Tiene cerca de 33 podcasts de diversos autores indies que habla muy bien de sus ventas. Ojalá te sirva. Me encantaría que Amazon pusiera una tienda en nuestro país.