Año nuevo, lecturas nuevas. O algo así. Comencé el año vacacionando en la ciudad por lo que intenté aprovechar el tiempo para ponerme al día con algunas lecturas atrasadas. Me había propuesto no empezar ningún libro más hasta terminar por lo menos todos los que estaba leyendo y realmente me interesaban (en total tengo a medio leer unos ocho libros de los cuales hay tres que posiblemente nunca termine porque no me interesan lo suficiente) pero esa promesa chocó con el sentido de las vacaciones: ¿cómo no voy a empezar un libro veraniego al menos? ¿para qué están hechas las vacaciones si no es para leerse un buen thriller de esos que no podemos soltar? Por lo que sí terminé dos de los libros que tenía a medio leer, adelanté bastante la lectura de otros dos y empecé y terminé uno de esos thriller no demasiado geniales pero sí bastante adictivo.
Aquí el balance de esta primera quincena:
Libros que tenía a medio leer y terminé de leer
The Brief Wondrous Life of Oscar Wao de Junot Díaz
Este libro lo tenía pendiente desde hacía años cuando lo conseguí apenas fue publicado en una librería de usados.
No sé si puedo aportar demasiado a lo que ya se dijo de esta novela: es un hermoso relato magistralmente narrado, con un empleo del lenguaje que mezcla a la perfección las expresiones en castellano con el inglés y que tiene en sí mismo una cadencia perfectamente latina.
La historia de Oscar, un dominicano gordo, nerd y loser que por ser todo esto contradice el deber-ser dominicano, viviendo en los Estados Unidos es una excusa para narrar una saga familiar donde la presencia del dictador Rafael Leónidas Trujillo y su brutal régimen son el trasfondo, junto con las supersticiones caribeñas, del relato.
Se trata de una novela lúcida, por momento sensible, por momentos cruel, pero siempre interesante de leer.
My Life as a White Trash Zombie de Diana Rowland
Había empezado esta novela cuando me la sugirieron luego de haber visto la serie iZombie e indudablemente ambas comparten muchas similitudes de las que comenté algunas cuestiones aquí.
Brevemente se trata de una chica de Louisiana (sí, una white trash) que se ve convertida en zombie contra su voluntad. En este tipo de nuevas narrativas zombies estos no son los monstruos come-cerebros que hemos visto en las películas y series hasta ahora (bueno, sí comen cerebros) sino que son personas conscientes que necesitan alimentarse con… cerebros. Como decía en el artículo que cité antes, este nuevo tipo de narrativa zombie se está expandiendo y pronto tendremos una nueva serie con la misma premisa: Santa Clarita Diet
Al igual que iZombie, a la protagonista de la novela (Angel) le facilitan un trabajo en la morgue lo que le da acceso bastante directo a los cerebros que necesita para vivir ahora que es una zombie.
También al igual que iZombie pronto va a descubrir que hay otros zombies dando vueltas y una especie de submundo que provee cerebros a esta sociedad secreta.
La novela es bastante entretenida y también previsible, pero como comienzo de una saga que todavía sigue y como ejemplar de la nueva generación de narrativas zombies está más que bien.
Libros que tenía a medio leer, adelanté en su lectura pero que no terminé de leer
Inventing the future de Nick Srnieck y Alex Williams
Este libro de ensayos es excepcional y una lectura que recomiendo enormemente.
Los autores trazan un diagnóstico de los problemas que enfrenta la izquierda en la actualidad y plantean el concepto de “folk politics”: la resistencia ante el avance de la agenda de la derecha pero sin la contraposición de una propuesta concreta.
También hace un buen trabajo al reseñar el desarrollo, surgimiento y exitosa implantación de la ideología neoliberal como un proyecto político y económico que tardó medio siglo desde que fue pensado por primera vez hasta que logró ir haciéndose con los resortes estatales, mediáticos e ideológicos para construir su hegemonía.
Lo más interesante no sólo es la desarticulación de los mitos económicos que propone el neoliberalismo sino la propuesta superadora que plantea en la línea de cada vez más economistas de todo el espectro ideológico: la idea de un Ingreso Universal Básico para una era de Post-Trabajo donde no habrá ya tanto trabajo como población en condiciones de trabajar.
Las ideas que plantea el libro son sumamente interesantes y también polémicas (en un buen sentido) y despiertan ganas de conocer más acerca de lo que se está pensando para un mundo post-capitalista.
El guión de Robert McKee
Tenía abandonado este libro hace casi un año y retomé en esta primera quincena un poco de su lectura.
Es un texto canónico acerca de la escritura de guiones de cine, lleno de ejemplos de películas famosas y buenas ideas.
Me interesa en particular por lo que plantea a nivel de construcción de narrativas y desarrollo de personajes.
El único defecto que le encuentro es un vicio de varios de los que escriben este tipo de manuales y es la obsesión por crear una jerga propia para nominar los componentes de una narración. Más allá de eso, es un manual muy interesante.
Libro que empecé y terminé en la primera quincena de enero
In Bitter Chill de Sarah Ward
Conseguí este trhiller en una oferta de BookDepository y lo compré porque me inquietó la descripción del argumento.
Se trata de una novela que tiene buenas intenciones, un buen misterio y una más que razonable resolución pero que sin embargo falla en la construcción del momento en el que se produce la revelación final.
Si una novela fuese un edificio diría que esta tiene buenos cimientos pero que una vez establecidos los constructores optaron por hacer las paredes con durlock: son eficientes, el edificio se sostiene pero la calidad podría ser mejor.
Quizás el problema fue un exceso de ambición, un intento de abarcar demasiado en un debut novelístico que insisto, como thriller tiene buenas herramientas que lo convierten en un “page-turner” fenomenal, pero que produce el efecto de esas películas que mientras uno las está viendo le parecen intensas e inteligentísimas pero que con el correr de las horas desde que la pantalla funde a negro empiezan a mostrar sus agujeros y sus baches. Lo mismo sucede con esta novela: intensa lectura, muy entretenida, buenos personajes que quedan establecidos para la continuación de la saga pero el modo en el que estos buenos personajes van descubriendo la trama oculta resulta necesariamente forzada y exige un grado de “suspension of disbelief” que supera lo tolerable.
Ese coqueteo con el exceso se ve claramente en el prólogo y en el epílogo, de una página o dos cada uno: están escritos en un estilo mucho más barroco que el resto de la novela y también mucho más pretencioso. Es una lástima que partiendo de un misterio inquietante y una buena idea la narrativa termine diluyéndose en una investigación policial y amateur demasiado forzada.
De cualquier modo, la ecuación: costo del libro + entretenimiento veraniego que me produjo dio un resultado más que positivo.
Y eso es todo lo que llevo leído en lo que va del año.