Un poco por casualidad y un poco porque una lectura lleva a otra me vi en las últimas semanas llenando mi mesa de lecturas con novelas policiales que además comparten un subgénero que no creo que haya sido catalogado aún: novelas policiales de chicos que desaparecen.
Los Géneros Literarios contienen a su vez subgéneros que a su vez pueden abrirse en otros subgéneros y así podríamos seguir potencialmente durante bastante tiempo pero lo cierto es que hay muchos libros, películas, series acerca de “chicos que desaparecen” y nunca lo vi tratado como un subgénero.
Veamos por ejemplo la página de Gone Baby Gone (2007, Ben Affleck) en Wikipedia, una película paradigmática del subgénero: “chicos que desaparecen”. La definición genérica en primera línea dice: “neo-noir mistery drama film”. Nada acerca de “missing children” o algo parecido.
La tercera temporada de la gran serie policial The Killing (2013) es definida como “American crime drama television” en su página de Wikipedia pero no dice nada acerca de que su argumento también es acerca de niños desaparecidos.
Entonces es que de casualidad me vi leyendo varios libros que podrían pertenecer al subgénero al que me gustaría definir en este momento: novelas de género policial cuyo argumento gira en torno a la desaparición de uno o más niños que pueden o no aparecer asesinados en algún momento de la narración.

En las próximas semanas y en la medida en que vaya leyendo las novelas de este subgénero que se fueron apilando en mi lista de lecturas iré haciendo reseñas de las mismas. Luego de paso si les interesan, las voy a estar vendiendo dado que por mudanza estoy vendiendo casi toda mi biblioteca (pueden ver la lista de libros que estoy vendiendo aquí. La voy actualizando casi todos los días.)
Los libros son:
- Little Green de Walter Mosley
- In Bitter Chill de Sarah Ward
- Sharp Objects de Gillian Flynn
- Disappearance at Devil´s Rock de Paul Tremblay
- The Field of Blood de Denise Mina
- The End of Everything de Megan Abbott
Comienzo con la reseña de Little Green de Walter Mosley. La vendo aquí.
Llegué a esta novela, debo admitirlo, porque aparece en un momento casi mínimo de la serie Luke Cage. Si bien el momento es breve dentro de la continuidad de la serie da lugar a una discusión entre el Luke y Pop acerca de la literatura policial afroamericana donde también son mencionados Ralph Ellison y Chester Himes. Pueden leer acerca de esa discusión aquí.
La novela de Mosley es la doceava entrada en la larga saga del detective Easy Rawlins que tuvo su debut en Devil in a Blue Dress que fue llevada al cine en 1995.
Little Green comienza cuando el detective protagonista, el mencionado Easy Rawlins, recuperándose de un accidente casi fatal que lo dio por muerto para casi toda la comunidad afro-americana del Los Angeles de los 60s es llamado a buscar al hijo de una amiga, el “Little Green” del título que se perdió hace unos días luego de una visita al Susnet Strip del West Hollywood, una zona ganada por los hippies, los activistas políticos y la mafia prostibularia.
Pronto la novela se convierte en un nítido retrato de las tensiones raciales de la época y los problemas internos de la comunidad afroamericana. Posee los ingredientes de una buena historia policial: misterio, idas y venidas, personajes interesantes, traiciones, sorpresas y un ritmo envidiable para un héroe que llevaba para ese momento otras once apariciones previas.
El disparador de la acción es entonces la desaparición de un chico (un muchacho joven en este caso) pero la acción toma rumbos divergentes pasado el primer tercio del libro. La lectura se complejiza a partir de ese momento y se nota un intento del autor por resaltar más que nada el clima social y cultural de la época más que la cuestión de investigación policial en sí.
En conclusión, me resultó una buena puerta de entrada al mundo de Easy Rawlins y al haber sido una mis primeras lecturas de un policial afroamericano también me resultó interesante porque tiene notorias diferencias con el género policial de “white people” que conocemos casi todos.
La semana que viene seguiré con In Bitter Chill de Sarah Ward.