A Head Full of Ghosts de Paul Tremblay (reseña)

31713935Llegué a Paul Tremblay por una de esas cadenas de recomendaciones que son tan lindas para nosotros los lectores: primero apareció en un listado de los mejores novelistas de terror contemporáneo y lo anoté en mi lista de escritores a leer. Luego de un tiempo leí un elogio que le prodigó Joe Hill  y como me encanta lo que hace Joe Hill le presté atención, le hice caso y me encargué esta novela y después su novela más nueva, Dissapearance at Devil´s Rock que estoy leyendo actualmente.

En el caso de A Head Full of Ghosts la novela logra varias cosas más que interesantes como ser una historia de terror bien contada, con buen ritmo y capacidad estilística, jugar siempre con las reglas del género fantástico y mantenerse en ese difícil vértice que lleva al lector a preguntarse si hay una explicación lógica y racional a todo lo que sucede o no la hay y por último tiene un final que justifica algunos bajones en el relato y apuestas narrativas que hasta ese momento final parecían errores.

No sólo sale victorioso en el trabajo con el fantásitco sino que logró convencerme dentro uno de los subgéneros del terror que menos me interesan: el de las posesiones demoníacas. La novela nos cuenta la historia de una muchacha que en su pre-adolescencia se hizo famosa junto a su familia porque su hermana mayor parecía estar poseída por el demonio. Sin poder definir la familia si se trataba de una perturbación psicológica o una posesión verídica (particularmente partidario de esta opción era el padre, reciente desempleado y volcado a la religión como vía de escape a sus problemas)  y apremiados económicamente, la familia había aceptado participar de un reality show para mostrar el día a día de la convivencia con la adolescente poseída y el intento de exorcismo. Diez años más tarde, la narradora rememora aquellos años y el relato se va encadenando en forma precisa y sin dejar espacio para ninguna revelación fuera de tiempo.

Nada de lo que aparece en el relato es un error; por el contrario, la narración está perfectamente pensada y logra su justificación final con ese último gran acto final que se sintetiza en un capítulo, quizás demasiado corto teniendo en cuenta que antes lo precedieron 300 páginas, que reconfigura y le da un cierre magistral.

En síntesis, una lectura muy placentera, con una narradora magistralmente construida a la que lo único que le recrimino es que podría haber tenido una pisca más de “picante” pero que nos regala esa escena final magistral.

Un logro narrativo admirable.

Nota aparte merece el bonus que trae esta edición que presento que es la que leí, con una serie de recomendaciones del propio Tremblay de otros libros y películas acerca de posesiones demoníacas. Le hice caso a sus recomendaciones y vi la película Session 9 que está entre sus recomendaciones. Tampoco me decepcionó.