Conozcan a Leib Schelling

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Ya no queda tiempo: la semana que comienza en dos días tendría que traer a todas las librerías Rituales de lágrimas y todavía me falta presentarles a uno de los personajes importantes de la novela: Leib Schelling, alias “El Gólem”.

No vamos a hacer entonces demasiadas introducciones y vamos a ir directo al punto.

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Nombre: Leib Schelling

Alias: El Gólem

Edad: 34 años

Peso:  100 kg.

Color de pelo: Caoba tirando a pelirrojo en especial en la barba.

Aparece en: Rituales de lágrimas

Características:  Leib “El Gólem” Schelling nació en 1980 en la colonia judía santafesina Moisés Ville pero a los cinco años de edad se mudó con su familia a la ciudad de Buenos Aires. Al igual que Sheila Lehrer encuentra su pertenencia en la ortodoxia judía aunque no en Tikvá Zhitomir como la hija del gran rabino Lehrer.
Pasó su juventud estudiando en la yeshivá de Belz en Israel y al comienzo de Rituales de lágrimas está de regreso en Buenos Aires donde conocerá a una muy confundida Sheila a quien pronto intentará acercarse. Pero ella ya no es la niña inocente que conocimos en Rituales de sangre y desconfía. El lector haría bien, quizás, en desconfiar también de Leib. ¿Qué esconderá este hombre grandote como un placard que tanto insiste con no perderle pisada a la joven pelirroja? Esa y otras respuestas deberán encontrarlas en la novela.

Fragmento: 

– ¿Sheila? ¿Sheila Lehrer? ¡Shalom!
– Al menos veo que esta vez sí te acordaste de mi nombre – dijo acomodándose en la silla con torpeza.
– Te pido disculpas Sheila, la última vez que nos vimos… cuando nos conocimos, quizás fui un poco brusco.
– No es nada.
– Claro que sí. La hija del gran Moshé Lehrer.
– Yo los dejo – dijo Miriam – ella te puede ayudar con el libro – y dio unos pasos hasta quedar a espaldas del muchacho, entonces le guiñó un ojo a Shiela que se volvió a sonrojar.
– ¿Estás bien? Te pusiste toda colorada.
– Sí, estoy bien. No es nada. El calor.
– Por cierto, Leib.
– Sí, Leib Schelling, yo sí me acuerdo de la gente que me presentan.
– Veo que no me vas a perdonar ese desliz nunca ¿no?
– Ya veremos – dijo Sheila y levantándose de la silla le pidió a Leib que lo siguiera hasta el piso de arriba donde se guardaban los libros en iddish.

(Fragmento del capítulo 10 de Rituales de lágrimas)

Curiosidad: Leib Schelling es un personaje que como dije antes, deberá ser seguido muy de cerca por los lectores si quieren saber qué se trae entre manos…
Y eso es todo lo que diré.

Conocé a los otros personajes de Rituales de lágrimas:
Lucía Zabala
Mario Quiroz
Sheila Lehrer
Sebastián Rojtman

Ilustraciones de CJ Camba

Conozcan a Sebastián Rojtman

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Estamos en la recta final para la llegada de Rituales de lágrimas (la semana que viene) y esto implica que también se aceleran los tiempos para presentarles a los dos personajes que todavía quedan por ser presentados (recuerden que pueden ver los anteriores aquí) .

Hoy le toca a Sebastián a quien también conocimos en Rituales de sangre donde lo vimos iniciar una relación llena de idas y vueltas con Sheila (a esta relación, unas lectoras muy atentas bautizaron Sheitian).

Sin más preámbulos, vayamos a la ficha del personaje.

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Nombre:  Sebastián Rojtman

Edad: 31 años.

Estatura: 1.78 m

Peso: 75 kg

Pelo: Oscuro. 

Aparece en:  Rituales de sangre, Rituales de lágrimas

Características: Sebastián comienza Rituales de sangre enterándose de la masacre que acaba de cometer Hernán Waistein, su mejor amigo de la adolescencia, antes de suicidarse. Este hecho espantoso lo llevará a meterse en un mundo totalmente desconocido para él y a involucrarse a pedido de la madre de Hernán en la investigación de los motivos que llevaron a éste a la locura y el crimen.
De profesion profesor de Lengua y Literatura, conocerá a Sheila en medio de su investigación y ambos se irán enamorando a pesar de las diferencias en sus formas de ser y el lugar de donde provienen.
El comienzo de Rituales de lágrimas lo tendrá cerca de Sheila nuevamente pero ¿podrá esta situación durar cuando la acción vuelva a llamar a la puerta?

Fragmento:

“- A ber lernt men oykh oys tantsn – respondió Sheila con alegría.
– ¿Y eso qué se supone que significa?  – preguntó Sebastián.
– Es un proverbio iddish. Significa “Con tiempo, incluso a un oso se le puede enseñar a bailar”. Pensalo.
– ¿Pensar? ¿Ustedes piensan hasta en las fiestas? ¡Qué aburrido? ¿Por qué mejor no te doy un beso?
– Me temo que no – una pequeña mueca de fastidio se dibujó en la cara de Sheila por un segundo. – Decime, ya que no dedicás tu vida a la Torá, ¿a qué te dedicás?
– Soy profesor de Literatura. Y escritor. Bah, eso intento.
– Un hombre sólo debería escribir palabras para honrar a Dios – dijo Sheila pero el hecho de que ese muchacho fuera profesor de literatura le había impactado en todo el cuerpo, se acordó de la profesora que tanto había querido, que le había enseñado esas lecturas prohibidas.
– ¿Eso qué significa? – la divertía la ortodoxa con la fuerza de su voluntad reprimiendo el deseo.
– Copiar rollos de Torá.
– Eso sería muy aburrido.
– “Con tiempo…”
– “… incluso a un oso se le puede enseñar a bailar.” Me lo acaba de decir señorita Hija de un Rabino Muy Importante. Lo mismo le digo a usted: “Con el tiempo hasta puede que logre besarla.”

(Fragmento del capítulo 13 de Rituales de sangre)

Curiosidad: Sebastián fue el primer personaje que cree cuando me puse a pensar en la trama de Rituales de sangre y por eso es que comparte bastantes características propias: es profesor de literatura y sueña con escribir. Sin embargo también tiene otras características que no me corresponden: fundamentalmente, Sebastián es fumador y yo nunca lo fui y espero no serlo nunca. En otras cuestiones sí tenemos algunos parecidos, pero eso mejor lo dejamos para otra ocasión.
Otra cuestión importante a tener en cuenta es que en el primer original que terminé de Rituales de lágrimas, el protagonismo de Sebastián era bastante mayor e incluso aparecía un personaje nuevo llamado Andrea que iba a ayudarlo y meterse como una cuña de celos en la relación con Sheila. Pero había algo en esa historia, en ese primer original que no cerraba y tuve que tomar la decisión de apartar un poco a Sebastián al menos en esta novela. Lo más probable es que vuelva a tener un poco más de relevancia en la última novela de la trilogía.

Conocé a los otros personajes de Rituales de lágrimas:
Lucía Zabala
Mario Quiroz
Sheila Lehrer
Leib Schelling

ILUSTRACIONES DE CJ CAMBA

Conozcan a Sheila Lehrer

Sheila Lehrer

A días nada más de la llegada de Rituales de lágrimas todavía nos quedan tres personajes de la nuevo novela por develar. Hoy le toca el turno a Sheila Lehrer, una de las protagonistas de Rituales de sangre que vuelve al ruedo en esta nueva aventura.
Vayamos a lo nuestro entonces y pasemos a hacer la presentación formal de esta retraída chica ortodoxa judía a quien encontraremos en pleno cuestionamiento de sus raíces y ambiciones.

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Nombre:  Sheila Lehrer

Edad: 20 años.

Estatura: 1.68 m

Peso: 62 kg

Pelo: Pelirroja natural. 

Ojos: Azules.

Aparece en:  Rituales de sangre, Rituales de lágrimas

Características: La segunda de seis hermanos, Sheila es la única hija que le queda al gran rabino Moshé Lehrer luego de la trágica decisión que tomara Jaia Lehrer en el prólogo de Rituales de sangre.
Sheila nació en 1994 en Jerusalén y su llegada al mundo fue considerada casi milagrosa por la comunidad ortodoxa judía de Tikvá Zhitomir a la que pertenece ella y toda su familia. Esto se debe a que Jaia le llevaba casi doce años y en la comunidad de Zhitomir creían que la imposibilidad de Rivka Lehrer de volver a concebir luego de su primogénita se debía a algún tipo de castigo divino.
Sheila siempre se caracterizó por ser inquieta y despierta, características que se profundizaron con su llegada a la adolescencia cuando comenzó a interesarse por asuntos que escapan a las estrictas normas de la ortodoxia judía a la que pertenece. Esta rebeldía le ha hecho chocar en varias ocasiones con su padre, respetado líder de la comunidad local de Zhitomir al punto que al finalizar Rituales de sangre se encuentra prácticamente con un pie afuera de la comunidad.
Sin embargo, sus raíces comunitarias siguen siendo muy fuertes y cada tanto la hacen retroceder algunos pasos. En esta situación la encontraremos al comienzo de Rituales de lágrimas: confundida respecto de qué debe hacer, cómo debe comportarse y qué desea para su futuro justo cuando una serie de hechos brutales vuelven a irrumpir en su vida para llevarla a tener que tomar decisiones que nunca hubiera deseado tener que tomar.

Fragmento:

– En este país siempre es mejor que sea un abogado católico el que entre a un juzgado a representar a un judío – completó Jaim Gorovitz ante el silencio de Sheila – así el juez católico no sospecha que estemos conspirando.
A Sheila no le gustaba eso pero tampoco le gustaba verse a sí misma desconfiando de los no judíos. Esa era la Sheila que había crecido en el guetto cerrado de su comunidad y no sabía dónde estaba ahora parada, pero definitivamente no ahí, no tras las paredes del guetto.
– Muy bien Gorovitz, creo que ya fue suficiente. Le voy a pedir ahora nuevamente que se vaya de mi casa – repitió ella con frialdad.

(Fragmento del capítulo 12 de Rituales de lágrimas)

Curiosidad: En el epílogo de Rituales de sangre, en el último párrafo se la describe a Sheila del siguiente modo: “La vio, parada atrás de la puerta como la primera vez que la había visto, con la pollera que llegaba a los tobillos, pero a diferencia de esa vez, llevaba una musculosa negra en vez de la camisa blanca y abrochada y además había soltado su larga cabellera roja que caía como una cascada encrespada sobre sus hombros. Un pequeño dije de una estrella de David colgaba de una cadenita en su cuello. Era la misma Sheila pero era a la vez otra, nueva, impredecible.” Lo que casi nadie sabe es que este párrafo fue modificado a último momento en la corrección final de la novela antes de ir a imprenta cuando ya estaba decidida la tapa del libro. Como es fácil de observar, en la tapa podemos ver a una muchacha pelirroja con el pelo suelto, una musculosa negra y una cadenita con una Estrella de David colgando. Para hacer patente la identificación entre la fotografía de tapa con el personaje agregué esta descripción al original que fue a imprenta.

Conocé a los otros personajes de Rituales de lágrimas:
Lucía Zabala
Mario Quiroz
Sebastián Rojtman
Leib Schelling

Ilustraciones de CJ CAMBA

Conozcan a Mario Quiroz

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Seguimos presentando a los personajes de mi próxima novela, Rituales de lágrimas, a poco más de un mes de su llegada a librerías. Puedo anticipar que ya está lista la tapa y es realmente impresionante. ¡Si creyeron que la de Rituales de sangre era impactante es porque todavía no vieron la que se viene! Pero como todavía no puedo mostrarles la tapa del libro, les presento a otro de los protagonistas. En esta ocasión se trata de un viejo conocido que apareció por primera vez en Rituales de sangre y volverá a ser de la partida en esta nueva aventura.
Sin más, conozcan o vuelvan a encontrarse según sea su caso, con Mario Quiroz.

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Nombre: Mario Quiroz

Alias: El Camaleón / La Iguana

Edad: 58 años

Estatura:  1.75 m

Peso: 93 kg

Pelo: Morocho con canas

Aparece en (por orden cronológico del personaje): El camaleón y los leones (cuento que será parte de un antología de género negro); Rituales de sangre ; El camino del Inca (novela, en producción) ; Sangre por la herida (novela inédita – Finalista del Premio Extremo Negro – BAN! 2015) y Rituales de lágrimas.

Características: Mario Quiroz ingresó a la Policía Federal donde hizo carrera hasta llegar a Comisario Inspector. Forzado a dejar su puesto en Rituales de sangre, Quiroz continuó trabajando como investigador por su cuenta hasta concluir el caso de los crímenes rituales. Luego de terminado el caso trabajó como guardaespaldas del narco peruano Walter “el Inca” Ayala. Fue entonces que conoció a Lucía Zabala (ex novia del capo narco) con quien forjaron una tensa y difícil relación que nunca termina de definirse hacia el amor u el odio (hechos narrados en Sangre por la herida). El desenlace de la guerra entre Ayala y su ex socio Franklin “El Loco” Bautista en la que se involucró junto con Zabala lo llevaron a intentar alejarse de la acción por un tiempo, situación en la que se encuentra al comienzo de Rituales de lágrimas. Entonces es convocado nuevamente por su experiencia y conocimientos para seguir la pista de lo que se supone es una nuevo brote de asesinatos rituales relacionados con los anteriores.
A nivel de personalidad, Quiroz es un tipo duro, violento, con un pasado que lo atormenta, amigo de nadie y enojado con la sociedad. Su única debilidad es Lucía Zabala a quien quiere como una hija pese a que ella no pierde las ganas de algún día, dispararle una bala directo al corazón.

Fragmento: 

– Claro que la conocés – dijo Quiroz y volvió a acercarse al chico que se arrastró para atrás. – No me mientas porque no me gusta perder el tiempo – dijo Quiroz y llevó el bate de madera a la altura de los cuernos artificiales que sobresalían debajo de la piel del punk. Apoyó la punta contra una de las esferas. – Un buen golpe acá con esto y te hundo el cráneo. Me imagino que estas mierdas de metal que te pusiste acá, con un buen golpe harían un cuadrangular en tu cerebro ¿no? Ya veo la situación: el médico forense extrayendo una bola de acero quirúrgico de un enchastre de sesos esparcidos por todas partes. Pobre el que tenga que venir a levantar tus restos. ¿Tu vieja acaso? no se lo deseo. Esto puede evitarse si sos cortés conmigo, algo que a lo que rehusaste desde que entré a este local de mierda. Entonces, empecemos de nuevo. Hola señor, mucho gusto, estoy buscando información de una ex empleada de este comercio, se llamaba María Belén Lorenzo, ¿qué puede decirme acerca de ella?.

(Fragmento del capítulo 15 de Rituales de lágrimas)

Curiosidad: De momento, Mario Quiroz es el único personaje que aparece en todos las narraciones que integran la saga Rituales (un cuento y cuatro novelas escritas o en proceso de escritura) y está programado que también aparezca en la novela final de la trilogía principal de la saga (Rituales de sangre, Rituales de lágrimas y Rituales de muerte).

Conocé a los otros personajes de Rituales de lágrimas:
Lucía Zabala
Sheila Lehrer
Sebastián Rojtman
Leib Schelling

ILUSTRACIONES DE CJ CAMBA

20 años de la revista La Cosa

La Cosa: Cine fantástico y bizarro número 1

Número 1 de La Cosa: Cine fantástico y bizarro – Julio de 1995

La revista La Cosa está cumpliendo por estos días 20 años. En mi libro Que la fuerza te acompañe de 2012 (cumplió recién 3 añitos en julio) hay un capítulo dedicado a la revista y a la movida cultural que encarnó y todavía encarna de la mano de su fundador Axel Kuschevatzky que además se despacha sobre algunos otros asuntitos.

Como homenaje a los primeros 20 años de La Cosa transcribo aquí el capítulo de mi libro con algunos agregados de la transcripción de la entrevista original que le hice a Kuschevatzky y que no quedaron en el libro por cuestiones de espacio.

La Cosa: La resistencia de los géneros

Experto en el tema y fundador de la revista La Cosa, que desde 1995 se dedica a todo lo referente al cine de género y la cultura popular, Axel Kuschevatzky considera que en la Argentina hay dificultades para desarrollar este tipo de expresión cultural: “Lo que hay que entender en un país como Argentina es que de repente tenía una gran narrativa de cine de género: tenía películas históricas, hacía policiales, comedias, comedias musicales, melodramas, películas de suspenso, mucha riqueza. Algo de eso desapareció cuando al finalizar el segundo gobierno peronista se crea el Instituto de Cine. Algo pasó en el vínculo entre el cine que se producía y el sistema que lo amparaba, donde esta narrativa que teníamos muy lentamente empezó a desaparecer. En los 60 se puso de moda en Buenos Aires el consumo de un cine con pretensiones de trascendencia. El ejemplo más claro es el cine de Leopoldo Torre Nilsson, sobre todo a partir de películas como La casa del ángel. De ese cine surge lo que se llamó la generación del 60, que ha tenido exponentes increíbles como Leonardo Favio y ha tenido otros exponentes que no han tenido ese peso. Pero eso generó una idea, que yo considero equivocada, de un cine de autor, donde el modelo narrativo de género fue reemplazado por una dinámica narrativa o no narrativa, tratando de calcar el cine que en ese momento hacían directores como Antonioni, una mirada más puesta en Europa. Obviamente, lo que pasó es que el público dejó de verlo. Era un cine que ganaba festivales, particularmente ganaba el de Mar del Plata, los propios argentinos lo votaban. El caso más concreto es que Los jóvenes viejos le gana en 1962 el premio más importante de Mar del Plata a Jules et Jim, la película de François Truffaut. Cuando vos lo contás hoy parece una aberración, pero pasó. Lo que se abrió fue más una mirada autoral donde lo que empezó a importar más era la posición del cineasta y no la posición del espectador. Los que ‘militan’ esta idea de un cine argentino de género coinciden en señalar que el llamado ‘nuevo cine argentino’ sigue con esa pretensión de hacer un tipo de películas sofisticadas que encanta a la crítica pero falla en generar un mercado local consumidor. Para mí el nuevo cine argentino traslada parte de esa problemática, y bastante del cine de los 80. Yo no creo en el nuevo cine argentino, porque no creo que sea una unidad consecuente. Creo que en todo caso lo que los engloba es un mismo sistema de producción de películas que existen porque una nueva ley de cine permitió crear óperas primas. La mayor parte de los cineastas de esta generación no pasaron de la ópera prima, son muy pocos los que han tenido segundas, terceras películas”.
Kuschevatzky se refiere a la Zombie Walk Buenos Aires y al cambio de paradigma que permite que algo así exista: “Me encanta que pase. Me parece que hay un error de sensibilidad. Hay un gran mito cultural que dice que el sensible es el que llora mirando Pagliacci, pero no el que llora viendo un gol en un partido promedio. Yo me atrevo a desafiar esa idea. ¿Dónde está escrito que la sensibilidad es una cosa y no la otra? Entonces, si un tipo de veras se identifica con una película sangrienta, y la película emocionalmente tiene una carga y la transita y le permite reflexionar otras cosas, ¿qué le puedo decir?, ¿que está equivocado? Es una estupidez plantearlo en esos términos. Cuando se nuclean grupos que hacen cosplay y encuentran un código en común, ¿por qué son unos idiotas y un coleccionista de Chevrolet no? ¿Por qué un tipo que se sabe los nombres de todos los personajes de Star Trek: La nueva generación es un inadaptado social, pero uno que se sabe toda la formación de River o quiénes fueron todos los directores técnicos de los últimos quince años de Boca no?”. Continue reading “20 años de la revista La Cosa”

Conozcan a Lucía Zabala

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En septiembre se viene Rituales de lágrimas, la segunda novela de mi saga Rituales. Se trata de una continuación directa de Rituales de sangre (aunque se puede leer en forma independiente) donde algunos personajes de esta regresarán y habrá otros nuevos. Para ir poniéndonos a tono me gustaría presentar a cinco de estos personajes y para eso voy a empezar con uno nuevo que es además, de mis favoritos de toda la saga. Se trata de LUCÍA ZABALA quien también aparece en mi novela (de momento inédita) Sangre por la herida, un spin-off que se ubica en la temporalidad de la saga entre el final de Rituales de sangre y el comienzo de Rituales de lágrimas.
Dicho esto, conozcan a Lucía.

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Nombre: Lucía Zabala

Alias: Ninguno

Edad: 26 años

Estatura: 1.60 m

Color de ojos: Verdes

Pelo: Morocho

Aparece en: Sangre por la herida (Novela Finalista del Premio Extremo Negro – BAN! 2015), Rituales de lágrimas

Características: Lucía Zabala nació y creció en la localidad de Moreno, provincia de Buenos Aires. Creció en una familia disfuncional: la primera ruptura de su hogar se produjo cuando su padre la abandonó a ella, a su madre y a su hermana Gabriela. Al poco tiempo, ésta última también abandonó la familia y lo último que se sabe de ella es que está viviendo en Montevideo con un hijo pequeño.
A pesar de las dificultades que tuvo que enfrentar a corta edad, Lucía nunca bajó los brazos y se caracteriza por ser un tipo de mujer que no retrocede. Las malas decisiones y las peores compañías la terminaron llevando a las manos de gente poderosa del mundo criminal donde tuvo que enfrentar la muerte cara a cara. Así fue como conoció a Mario Quiroz con quien entabló una relación particular de amor-odio / padre-hija que nunca terminará de aceptar.

Frase:

– Intentá no arruinarlo. Esta vez, con que te vistas como una kurveh no vamos a conseguir nada – dijo Sheila con tono malicioso.
– ¿Podés hablar bien alguna vez? – le respondió Lucía.
Sheila dijo con tranquilidad inalterable:
– Te decía que para esto que tenés que hacer ir vestida de prostituta no te va a ayudar.
Lucía sonrió.
– No te preocupes que debajo de la ropa que visto guardo varios trucos con los que me las voy a arreglar.
Se hizo un silencio espeso que rompió Quiroz que sentía que lo que le habían roto era la paciencia:
– Pero la puta madre, ¿puden dejar sus estúpidas peleítas infantiles de lado? Acá estamos para hacer un trabajo serio, si a alguna no le gusta la presencia de la otra se puede ir a la mierda.
Avergonzada, Sheila bajó la cabeza. Lucía sonrió:
– No quisieras que me fuera ni por nada del mundo, Mario.
– Bajá, dale turra, bajá del auto y andá a laburar.

(fragmento del capítulo 42 de Rituales de lágrimas)

Curiosidad: Si bien Lucía es presentada oficialmente en Sangre por la herida ya en Rituales de sangre hay un easter egg en el que aparece haciendo un cameo junto con su por entonces novio Santiago.
Si buscan el último párrafo de la página 208 y el primero de la 209 pueden leer:

Podía distinguirlos a simple vista, como a esa morocha delgada y su cómplice, un tipo alto de espalda ancha, cara marcada y pinta de boxeador que merodeaban por los pasillos. En otra ocasión hubiera disfrutado agarrándolos con las manos en la masa para llevarlos directo al calabozo.
Pero ahora tenía otras cosas que hacer y sintió una especie de leve nostalgia por las cosas que ya no podía hacer por estar fuera de la fuerza.
El tipo con pinta de boxeador se debió haber dado cuenta de que Quiroz los había fichado porque agaarrando a la chica de la mano la empujó hacia él al tiempo que le dijo: “Vamos, Lucía” y dieron media vuelta con dirección a la salida.

La Lucía a la que se refiere el tipo con pinta de boxeador es nuestra Lucía Zabala. Quiroz y ella se cruzaron en la estación de Retiro sin siquiera saberlo y mucho antes de conocerse en condiciones que no serán las mejores.

Conocé a los otros personajes de Rituales de lágrimas:
Mario Quiroz
Sheila Lehrer
Sebastián Rojtman
Leib Schelling

Ilustraciones de CJ Camba.

Agenda

Mientras le doy los últimos retoques al original final de Rituales de lágrimas sigo de gira con Rituales de sangre. El próximo domingo 14 de junio a las 17 horas estaré junto a mi buen amigo Gastón Intelisano conversando acerca de nuestra literatura en un espacio abierto y gratuito para todo aquel que quiera acercarse.
¿Les adelanto una primicia? Santiago Soler, el protagonista de las novelas de Gastón hará una aparición estelar en Rituales de lágrimas. Pero no puedo decir más nada, si quieren saber más detalles a esperar la novela o acercarse a la charla.

Soifer Intelisano

Pac-Man cumple 35 años

Ayer 22 de mayo se cumplieron 35 años desde la salida de unos de los videojuegos más influyentes de la historia: Pac-Man. ¿Quién no ha jugado con el personajito amarillo come-pastillas que huye de los fantasmas de colores alguna vez en su vida? El juego se terminó convirtiendo en un monstruo de la cultura pop y su figura es reconocible en casi cualquier ámbito, aún los que trascienden el a veces cerrado mundo de los videojugadores.

A continuación les presento la parte dedicada a la concepción y creación de este videojuego perteneciente a un viejo proyecto de libro sobre la historia de los videojuegos que tengo un tanto abandonado pero que algún día espero retomar (les recuerdo de paso el libro que sí escribí y publiqué acerca de Cultura Nerd: Que la fuerza te acompañe)

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Vinieron del espacio exterior

(fragmento de mi libro inédito Insert Coin: la historia de los videojuegos desde sus orígenes a nuestros días)

Y todavía estaba por llegar lo mejor, el plato fuerte: un bizarro videojuego llamado Pac-Man.
Estamos ya en el año 1980 y Namco toma nuevamente la delantera al publicar en Japón un juego diseñado por Toru Iwatani. El género era “maze” o “laberinto” y su principal particularidad era que había sido diseñado pensando en una enorme porción del mercado potencial de los videojuegos que hasta ese entonces no había sido tenido en cuenta: el público femenino.
Como hemos visto, los videojuegos fueron una expansión casi casual y nerd de experimentos con inteligencias artificiales y hardware de uso militar y esa impronta marcó a fuego el modo en el que se diseñaron y pensaron los videojuegos durante esos primeros años: la tematización de la guerra, las armas, los disparos, todos juegos elegidos por varones en todas su variantes desde invasiones extraterrestres hasta recuerdos del lejano oeste.
Iwatani quería algo distinto, algo que pudiera apelar y llegar a las mujeres y expandir el mercado a un nicho todavía inexplorado. Tomando elementos de la peculiar cultura pop japonesa tendiente al kitsch colorido y caricaturesco, pero muy aceptado a nivel social no como una forma de expresión artística menor sino como auténtica cultura popular y aceptable, el diseñador fue delineando el peculiar mundo del Pac-Man. En un relato de cómo llegó a la idea del personaje principal, Iwatani señaló: “Cuando empecé a pensar qué es lo que las mujeres disfrutarían me vino a la mente la imagen de ellas comiendo tortas y postres por lo que usé comer como palabra clave para pensar el juego. (…) Cuando comencé a investigar en base a esta idea me topé con la imagen de una pizza a la que le faltaba una porción y entonces tuve mi momento de eureka y basé el diseño de mi personaje de Pac-Man en esa forma.” (citado en Donovan, pp.87)
La pizza a la que le falta una porción se convirtió en una pura boca que comía píldoras y tortas, frutillas y cerezas para obtener puntos extra mientras era perseguida por unos incansables fantasmas de colores. Todo el imaginario de la psicodelia kitsch japonesa (que lleva el nombre de kawaii y se puede traducir como “adorable”) estaba vertida en un juego que no tardó en convertirse en otra bomba comercial.

Fuck-Manpuck-man-poster
El nombre original del Pac-Man cuando salió al mercado japonés en 1980 fue Puck-Man por una onomatopeya nipona para el abrir y cerrar de boca. Sin embargo, a su llegada a los Estados Unidos, el distribuidor Bally Midway consideró que el vandalismo probablemente convertiría el Puck en Fuck mediante una simple modificación en los cabinetes de los arcades. Definitivamente Fuck-Man no era un nombre que querían asociar con un entretenimiento pensado para un público familiar y especialmente orientado al esquivo mercado de jugadores femeninas.

La combinación entre personajes adorables y estéticamente pegajosos, con la efectiva atracción a un público femenino convirtieron al Pac-Man no sólo en un éxito descomunal en las salas de arcade que logró trepar por encima de las muy buenas performances que estaban sosteniendo a la pujante industria sino que además dio un paso más para convertirse en un objeto de consumo global, superando los límites de su formato: merchandising, programas de TV, hasta canciones pop inspiradas por él fueron fundamentales para terminar de colocar a la industria de los videojuegos en un sitio al que le había costado muchísimo llegar: el entretenimiento familiar y sano, alejado del ambiente turbio de los bares de mala muerte donde habían prosperado los juegos mecánicos y primer destino de las máquinas de arcade.

Fiebre de Pac-Man por la noche
En diciembre de 1981 el dúo Buckner & Garcia de Ohio sacó un single festivo llamado Pac-Man Fever donde cantaban (en inglés):
Tengo los bolsillos llenos de monedas de un cuarto y me voy a los arcades.
No tengo mucho dinero, pero estoy trayendo todo lo que tengo.
Tengo un cayo en mi dedo y también me duelen los hombros.
Me los voy a comer a todos apenas se pongan azules.Estribillo:
Porque tengo fiebre de Pac-Man
Fiebre de Pac-Man.
Me está volviendo loco.
(y sigue)
https://youtu.be/0-MONIvP6kILa canción, pegajosamente pop, fue un éxito que se sumó a la pacmanía de principios de los años 80s. Tanto fue el éxito que la discográfica CBS convenció al dúo para que realizara todo un disco de ocho canciones dedicadas a los videojuegos y en 1982 salió entonces Pac-Man Fever el disco que logró vender 900 mil copias para fines de ese año.

La lista de canciones incluía:
1. Pac-Man Fever (Pac-Man)
2. Froggy’s Lament (Frogger)
3. Ode to a Centipede (Centipede)
4. Do the Donkey Kong (Donkey Kong)
5. Hyperspace (Asteroids)
6. The Defender (Defender)
7. Mousetrap (Mouse Trap)
8. Goin’ Berzerk (Berzerk)

El disco, que se puede escuchar entero en YouTube, es asombrosamente bueno e incluso, podríamos decir que es uno de los más bellos homenajes que la música pop le ha hecho a los videojuegos.
Una mención aparte merece el Frogger (1981) de Konami y distribuido por Sega que también logró canción homenaje en el disco tal como se ve en la lista de temas. El juego de ayudar a una ranita a cruzar la calle tuvo uno de sus más elaborados homenajes en el episodio número 174 de la mejor sitcom de la historia: Seinfeld. El capítulo 18 sobre 24 de la novena y última temporada de la “serie sobre nada”, emitido orignalmente el 27 de abril de 1997, gira en torno a una máquina arcade de Frogger que George quiere salvar de un restaurante que está por cerrar porque contiene su récord imbatible de cuando de niños iban a jugar allí. En una escena final incluso se reproduce la misma mecánica del juego con George intentando cruzar una calle llena de tráfico de Nueva York con la máquina.

Entonces llegamos una vez más al momento en el que destacamos la suerte que tuvo Atari en su primera década, esa parte esencial de la mezcla entre valentía, despropósito y espíritu de aventura que la convirtieron en la Reina de los videojuegos durante los tardíos 70s y primeros 80s: gracias a un contrato de exclusividad que habían firmado Atari con Namco en 1978, la primera tenía los derechos para transformar a consolas hogareñas el catálogo de la empresa japonesa. ¿Qué significaba en 1980 eso? Sencillamente que Atari sin buscarlo era la poseedora de los derechos de Pac-Man para su versión hogareña y esa sí que era una buena noticia para los ejecutivos de la compañía teniendo en cuenta por ejemplo que se vendieron en sus primeros ocho años en el mercado casi 300 mil máquinas arcade del juego generado unas ganancias de unos 2.500 millones de dólares en su primera década.
Pac-Man se acomodó con comodidad en el altar de los videojuegos más influyentes de la historia (podríamos pensar un Top 3 con Pac-Man, Pong y Space Invaders) y es uno de los más reconocidos, sinónimo absoluto de videojuegos para neófitos como expertos, a la vez que influencia para todo el desarrollo posterior de varios géneros de videojuegos.

Pizza Pac Man

Para abril de 1982 y luego de una ajustadísima deadline impuesta al diseñador Tod Frye de Atari la versión de Pac-Man para la 2600 estuvo lista para salir al mercado. El apuro y las condiciones de trabajo extenuantes que le impusieron al diseñador resultaron en que la versión final tuviera varios errores y diferencias notorias respecto del juego original de los arcades. A pesar de lo cual, Atari produjo unos 12 millones de cartuchos (eran más que la cantidad de consolas vendidas al momento) de los que vendió unos 7 millones lo que lo convirtió en el juego más vendido de la historia de Atari y el último hit de la consola.
Prácticamente sin competencia en el mercado de las consolas hogareñas que monopolizaba, Atari competía únicamente con el éxodo continuo de programadores que se iban a otras empresas o a fundar las propias para producir juegos compatibles pero no oficiales para la 2600.

Diario de un novelista 05: Los premios

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Hoy me cuesta escribir. No es porque sienta que no tengo cosas que decir sino porque me invade la emoción. Hace un rato se anunciaron los finalistas del concurso de novela negra BAN! Extremo Negro y entre los 485 originales de los cuales se hizo una preselección de 36 de los cuales a su vez se seleccionó sólo 9 novelas inéditas ha quedado mi Sangre por la herida.

No sé cómo sentirme en este momento. Por una parte tengo alegría inmensa. Orgullo, felicidad de saberme en el podio con colegas, algunos de los cuáles conozco y admiro mucho. Por otra parte ansiedad. Mucha.

Escribí Sangre por la herida el año pasado en unos tres o cuatro meses. Ya sabía que Rituales de sangre iba a ser publicada y antes de ponerme a escribir Rituales de lágrimas quise concretar una vieja idea que tenía: el patovica de una iglesia evangelista era el encargado de transportar el cadáver de una mujer que había muerto pasada de rosca de droga en una fiesta negra con los pastores de la iglesia. Ese fue el germen de la idea. Pero tranquilos, no les estoy spoileando nada. La idea me había surgido de tanto pasar por la puerta del gran templo de Corrientes y Acuña de Figueroa. Durante dos años viví en Corrientes y Gascón por lo que pasé muy seguido por ahí. Siempre me impresionaron los patovicas: vestidos de traje negro, grandotes y rapados, parecen más un servicio secreto que los custodios de un centro religioso.

Como decía no hay spoilers en la idea germinal de mi novela: empecé con esa imagen del cadáver de una mujer joven y desgraciada en el baúl de un auto y la novela transcurriría en una noche; la noche que llevaría al patovica y al pastor en el auto con el cadáver en el maletero hasta que lograban deshacerse de él.

La novela así se iba a llamar Noche roja porque iba a transcurrir en una sola noche. Finalmente no era esa la forma narrativa que mejor me sentaba y la deseché. En buena hora porque hace unos días me enteré que existe una novela gráfica de tal nombre. Para peor, a juzgar por la cubierta, en mi novela ocurre una escena similar.

noche-roja

En el instante en que me senté a escribir me di cuenta que no tenía la necesidad de inventarme un nuevo personaje para que cumpliera el rol del patovica: ya tenía a Mario “La Iguana” Quiroz en Rituales de sangre, un ex policía duro y romántico que tenía pasta de protagonista de una aventura en solitario. Empecé a acariciar la idea del spin-off, la novela que lo tomaba como personaje y lo sacaba del contexto de Rituales de sangre. Como Better Call Saul hizo con Breaking Bad. Continue reading “Diario de un novelista 05: Los premios”

Guía de supervivencia para la Feria del Libro de Buenos Aires

Una vez más ha comenzado la Feria del Libro de Buenos Aires, la más grande de la Argentina y por la que anualmente circulan millones de personas y donde se producen buena parte de las ventas totales de libros del año.

Por cuestiones laborales pude estar en la Feria unos días antes de que abriera sus puertas al público en general por lo que dispuse de horas para recorrerla stand a stand casi en completa soledad, buscando las mejores ofertas y curiosidades que se ofrecerán este año.

Lo que vi y lo que conseguí ahora lo comparto con ustedes para que si van a pasear o buscar alguna oferta tengan una guía de referencia de dónde encontrar lo mejor sin tener la presión constante de miles de personas a su alrededor.

Primero lo básico:

¿Dónde se hace la Feria del Libro?

Como de costumbre es en el predio de la Sociedad Rural. Hay tres ingresos distintos
Avda. Santa Fe 4201
Avda. Sarmiento 2704
Avda. Cerviño 4474

Se puede ingresar por cualquiera de esos tres.

¿Cuáles son sus horarios y desde cuando y hasta cuándo es?

Horarios
Lunes a viernes de 14:00 a 22.00
Sábados, domingos y feriados de 13:00 a 22:00

La feria estará desde su inauguración el jueves 23 de abril hasta su cierre el lunes 11 de mayo.

Costo de la entrada

La Feria del Libro de Buenos Aires cobra entrada (como de costumbre) y el precio este año será de $35 de lunes a jueves y $50 los viernes, sábados, domingos y feriados.
Con la entrada de $35 se entregará un vale de $15 para ser utilizado luego de finalizada la Feria en librerías adheridas y con la entrada de $50 se entregarán dos vales por $15.

De todos modos si sos docente, estudiante, jubilado o pensionado podés ingresar de forma gratuita de lunes a viernes (presentando acreditación).
Además, en muchos stands se hacen descuentos a docentes y estudiantes. Sugiero preguntar porque a veces uno se lleva sorpresas con la calidad de los descuentos (por trabajar en la Feria, hoy me hicieron a mí un 35% en Eudeba).

El día viernes 24 de abril a partir de las 20 hs todo el público podrá ingresar gratuitamente.
El día lunes 27 de abril se podrá ingresar gratuitamente todo el día presentando la tarjeta SUBE.

Por último, quizás quieras bajarte la app oficial de la Feria donde poder consultar por stands, mapas y otras consultas:

Se descarga de aquí y está disponible para Android, Apple y Windows Phone.

Dicho todo esto, vayamos ahora a lo que nos importa: las ofertas y curiosidades que vale la pena chequear.

1. Stand de Librería Dickens (1622 – Pabellón Amarillo)

FIL Dickens

Esta tradicional librería de saldos de la calle Corrientes es como toda librería de saldo una timba: a veces se encuentra un incunable a un precio irrisorio y a veces uno se vuelve con las manos vacías. Continue reading “Guía de supervivencia para la Feria del Libro de Buenos Aires”